COMPASIÓN

“Hay hombres “grandes” que hacen sentir pequeños a los demás; pero los hombres más grandes hacen sentir grandes a los demás”.

La palabra griega splagchnon significa “condolencia o simpatía”, a veces traducida como “tener entrañas”. Tiene que ver con una conmoción interna que produce un afecto y amor hacia otros en una condición de necesidad.

Nuestra madurez espiritual produce como resultado inevitable la expresión de las virtudes de Cristo en nosotros. La compasión es imposible de ignorar en estas virtudes. Tan importante es la compasión que Jesús resaltó esta virtud en más de una parábola como, por ejemplo, la parábola del siervo injusto y la parábola del buen samaritano.

En la parábola del siervo injusto podemos ver claramente la dinámica de la misericordia actuando en el corazón. Cuando a aquel siervo, su rey perdonó toda su deuda, él no expresó la misma misericordia con su prójimo. Al finalizar esta parábola podemos leer lo siguiente:

Mateo 18:32-33 dice: “Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste.  (33) ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?”

Lo que vemos aquí no es un asunto de legalidad humana, ya que no hay ley que exprese que, si me es perdonada una deuda, debería yo perdonar a los que me deben. El asunto es que aquel siervo salió de la presencia del Rey y no consideró ser una expresión de sus virtudes. Él sólo recibió el beneficio, pero no permitió que aquella misericordia recibida transforme su forma de pensar y vivir.

Colosenses 3:12-13 dice: “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; (13) soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”.

LA COMPASIÓN Y EL PODER

La compasión está estrechamente relacionada con el poder. La compasión como virtud es aquella que refleja la naturaleza de Cristo y Su carácter de manera que, teniendo el poder y la capacidad de ignorar o ser indiferente, prefiere detenerse para salvación y ayuda.

La compasión es aquella virtud que produce una sana y productiva interacción con el poder. El alma humana, sin vida espiritual, no se comporta bien con el poder. Generalmente el poder trae consigo corrosión. El alma es como un motor hecho de plástico, que el combustible y el calor terminan derritiendo y exponiendo su naturaleza.

Una persona que muestra falta de compasión, simplemente expresa la naturaleza de un hombre al quien el poder ha corrompido y ha terminado como un simple títere de las tinieblas y del mundo.

La compasión como virtud espiritual es el resultado de un alma que se reviste de materiales eternos. A esa alma el poder ya no la corrompe porque vive y actúa por las cosas eternas. Es por eso que, cuando tiene poder, produce bien a quienes le rodean.

Cuando Jesús relató la parábola del buen samaritano, hizo especial énfasis en aquel tipo de personas que pasaron a su lado y no ayudaron quien les necesitaba. Todo ellos tenían algo en común: tenían el poder para ayudar. También el samaritano tenía el poder para hacerlo, pero quizá era la persona de la cual menos se esperaba la compasión.

Lucas 10:33-35 dice: “Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; (34) y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. (35) Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese”.

Añadir compasión espiritual a nuestras vidas no comienza con determinaciones superficiales de ayudar a personas necesitadas. El alma humana suele buscar aquellas soluciones rápidas que le producen placer momentáneo, pero no es así en el trato del Espíritu a nuestros corazones. Debemos saber que la madurez espiritual es una muerte gradual a los viejos sistemas del alma, para dar a conocer la verdadera vida que nos ha sido otorgada en Cristo Jesús.

Mateo 9:35-38 dice: “Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. (36) Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. (37) Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. (38) Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.

La falta de compasión produce desamparo entre los hombres. Sin embargo, vemos que a Jesús le produce dolor en lo profundo de su ser el ver las multitudes necesitadas, y expresa a sus discípulos su anhelo de tener cuidado por ellas. Cuando nos revestimos de Cristo será imposible que a nuestro alrededor se produzca el desamparo.

Debemos saber que el poder tiene múltiples formas. No siempre el poder se expresa en recursos económicos o materiales.

  • Tenemos poder cuando disponemos de tiempo.
  • El entendimiento de un asunto es una forma de poder.
  • La capacidad de decir una palabra que produzca buenos resultados a otros, es una gran forma de poder.

Aún la persona más necesitada puede ejercer la compasión cuando reconoce el poder que opera en sí misma.

0 comentarios en “COMPASIÓN”

  1. Martha Irene Vázquez Martíez

    Ciertamente, me he visto en una situación en la que creo no salio de mi compasión, mi espiritu experimento una profunda tristeza y tuve que ir a preguntar al Sr. que era lo que había sucedido y ha derramado una serie de formas de hablarme de este tema, gracias.

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