El verdadero anhelo por conocer a Dios es desconocido en la historia de la humanidad. No fue hasta la Cruz de Cristo que el alma del hombre pudo gustar este verdadero anhelo y el camino abierto para conocer a Dios en verdad.
Podemos ver en abundancia al hombre buscar a Dios por causa de sus propias necesidades y deseos. El hombre siempre ha procurado conocer a Dios en la medida que ese conocimiento les proporcione niveles de poder natural, o acceso a sus milagros, prodigios o bendiciones.
Tenemos algunos vestigios, en forma de señales y sombras que puede ser oportuno mencionar.
- Enoc.
- Génesis 5:22-24 Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas. (23) Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. (24) Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.
- Abraham.
- Santiago 2:23 Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.
- Isaías 41:8 Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo.
- Elias.
- 2 Reyes 2:1-2 Aconteció que cuando quiso Jehová alzar a Elías en un torbellino al cielo, Elías venía con Eliseo de Gilgal. (2) Y dijo Elías a Eliseo: Quédate ahora aquí, porque Jehová me ha enviado a Bet-el. Y Eliseo dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Descendieron, pues, a Bet-el.
- 1 Reyes 19:12-13 Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado. (13) Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí vino a él una voz, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías?
- Moisés.
- Éxodo 34:29 Y aconteció que descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, al descender del monte, no sabía Moisés que la piel de su rostro resplandecía, después que hubo hablado con Dios.
Aunque todos ellos accedieron a una medida especial del conocimiento de Dios, no fue hasta Cristo que se concedió acceso al verdadero y completo conocimiento de Dios.
1. CONOCER A DIOS ES LA VIDA ETERNA
Juan 17:3 dice: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”.
La experiencia verdadera del conocimiento de Dios consiste en la vida espiritual y eterna. No hablamos de una experiencia “con” Dios, en cuanto al alma.
Es imposible que el hombre pueda conocer verdaderamente a Dios sin vida eterna, porque Dios es eterno.
Este conocimiento otorgado por medio del sacrificio de Jesús en la cruz, no consiste en información en la mente, sino que es un conocimiento espiritual.
Con la vida espiritual, se nos otorga acceso a una realidad:
- Hebreos 4:16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
- Romanos 3:23-24 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, (24) siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,
- Hebreos 9:8 dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie.
Con la vida eterna se nos otorga una nueva historia:
- Efesios 1:3-5 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, (4) según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, (5) en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,
- Juan 1:12-13 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; (13) los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
2. CONOCER A DIOS ES EL SENTIDO Y CUMPLIMIENTO DEL NUEVO PACTO
Hebreos 8:10-12 dice: “Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su corazón las escribiré; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo; (11) Y ninguno enseñará a su prójimo, Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, Desde el menor hasta el mayor de ellos. (12) Porque seré propicio a sus injusticias, Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades”.
LA FALTA DE CONOCIMIENTO DE DIOS ES LA RAZÓN POR LA CUAL ISRAEL FUE DESECHADO
Hebreos 3:7-12 dice: “Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, (8) No endurezcáis vuestros corazones, Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, (9) Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, Y vieron mis obras cuarenta años. (10) A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, Y dije: Siempre andan vagando en su corazón, Y no han conocido mis caminos. (11) Por tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi reposo. (12) Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo…”.
3. EL CONOCIMIENTO DE DIOS LE OTORGA PROPÓSITO A NUESTRAS VIDAS
2 Pedro 1:8 dice: “Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo”.
Colosenses 1:9-10 dice: “Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, (10) para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios…”.
Efesios 4:13 dice: “…hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo…”.
Jeremías 9:23-24 dice: “Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. (24) Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová”.
4. CONOCER A DIOS ES LA PUERTA PARA AMARLE Y LLEGAR A SER LA EXPRESIÓN DE SU AMOR
Era imposible que el hombre pudiera conocer a Dios sin la vida espiritual. Es imposible acceder al conocimiento de Dios sin el camino abierto por el Hijo a través de la Cruz. Es esa la razón por la cual Israel nunca pudo cumplir la ley. Era imposible que ellos pudieran amar a Dios sin conocerle. Recordemos que toda la ley se sustenta sobre el mandamiento: amarás.
Mateo 22:37-40 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. (38) Este es el primero y grande mandamiento. (39) Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. (40) De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
Tampoco el hombre podía amar a su prójimo a la forma que Dios había mandado, porque no estaba en ellos la naturaleza del amor, sino que estaban sometidos a la enemistad, y llamados “hijos de ira” (Ef. 2:3) o “hijos de desobediencia” (Col. 6:3).
5. EL CONOCIMIENTO DE DIOS NOS OTORGA GRACIA Y PAZ.
2 Pedro 1:2 dice: “Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús”.
6. EN EL CONOCIMIENTO DE DIOS RECIBIMOS BIENES ESPIRITUALES Y ETERNOS.
2 Pedro 1:3 dice: “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia…”.
Colosenses 1:9-14 dice: “Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, (10) para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; (11) fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; (12) con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; (13) el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, (14) en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados”.
Efesios 1:15-17 dice: “Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos, (16) no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, (17) para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él…”