DEFERENCIA

Deferencia es la virtud que nos conduce a poner el bienestar de otros por encima del placer y la comodidad personal.

Romanos 12:10 CST dice: “Amaos cordialmente los unos a los otros con el cálido afecto de hermanos. En cuanto a la deferencia, tened por más dignos a los demás.”

“Deferencia es proteger a otros de situaciones que los pudieran debilitar u ofender”.

Filipenses 2:4-8 dice: “no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás. (5) Haya, pues, en vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, (6) el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, (7) sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. (8) Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”

El apóstol Pablo en filipenses nos muestra que cuando Cristo vino a la tierra, actuó hacia nosotros con deferencia, pues se hizo como uno de nosotros, y nos invita a imitar a Cristo, poniendo los intereses, el bienestar de los demás, por encima de nuestros propios intereses.

La deferencia es una virtud que se expresa en un corazón que ha sido quitado de uno de los fundamentos del mundo: la comodidad y el placer personal.

Mateo 8:20 dice: “Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza”.

Aclaración importante: La deferencia no nos conduce a una vida sin disfrute o sin comodidad. Por el contrario, la madurez y la vida en el espíritu es una vida de disfrute verdadero, de tal manera que ninguna otra forma de vivir se le compara. La madurez no nos lleva a alejarnos del disfrute y la comodidad, sino que nos libera de la esclavitud en la cual la comodidad personal es el parámetro que gobierna nuestro camino en la tierra.

Añadimos deferencia a nuestra vida, en la medida en que somos hechos libres de aquella búsqueda insaciable y gobernante por bienestar y placer personal.

LA DEFERENCIA Y LOS VÍNCULOS

La naturaleza de Dios en nosotros creciendo y absorbiendo nuestras almas comienza a expresarse cada vez que ponemos el crecimiento y la madurez de otros por encima de nuestra propia comodidad.

2 Corintios 6:3 dice: “No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea vituperado…”.

Cuando entendemos que nuestro bienestar es sólo posible en el bienestar del Cuerpo de Cristo, del cual somos parte, entonces nuestras emociones e intenciones comienzan a ser reformadas. Eso nos reviste de Cristo y sus virtudes.

1 Corintios 10:24 dice: “Nadie busque su propio bien, sino el de su prójimo.”

El apóstol Pablo hace un llamado constante al amor, expresado en la búsqueda del bienestar de nuestro prójimo.

1 Corintios 10:32-33 dice: “No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios; (33) como también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos”.

El apóstol Pablo se retraía de disfrutar de la libertad que tenía en Cristo en su trato con otros, con el fin de no ofenderlos, para tener una puerta abierta para compartirles del evangelio, y así que el beneficio mayor de la relación fuese la salvación de aquellos con quienes él se relacionaba.

Romanos 14:21 dice: “Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite”.

Cuando el apóstol toca el tema de la libertad cristiana, él insta a los fuertes a no ser de tropiezo para los débiles, procurando el amor a pesar de las diferencias de opinión en cuanto a ciertas costumbres.

1 Corintios 8:13 dice: “Por lo cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi hermano”.

Romanos 14:15-16 dice: “Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió. (16) No sea, pues, vituperado vuestro bien…”.

Hay una demanda de la vida espiritual de vivir conforme al amor, y el amor edifica, no debilita, no destruye, no desanima, pues el amor fue dado por Dios para construir, para servir y para procurar el bien.

LA DEFERENCIA Y LA COPARTICIPACIÓN EN EL EVANGELIO

1 Corintios 9:18-23 dice: “¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio. (19) Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número. (20) Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; (21) a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley. (22) Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. (23) Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él”.

La deferencia es una virtud que florece en corazones que han sido atrapados por una búsqueda eterna. El apóstol Pablo manifiesta este objetivo diciendo cuánto anhela hacerse copartícipe del evangelio. Esta meta lo llevó a formar un comportamiento frente a otras personas, aún negando derechos personales y comodidades, para colaborar con la madurez de quienes le rodeaban. Pablo sacrificó sus libertades personales, para hacerse como aquellos a quienes les predicaba, pues buscaba ser entendido y que cada uno pudiera leer en él el amor del Cristo que predicaba.

CÓMO AÑADIR DEFERENCIA A NUESTRAS VIDAS

1-       Trayendo a memoria una y otra vez lo que es verdadero y valioso según la vida espiritual.

2-       Procurando alcanzar recompensas eternas con acciones concretas que conduzcan a otros al conocimiento de Dios.

3-       Orando en todo tiempo por sus hermanos en el Señor.

4-       Orando y pidiendo al Espíritu que le haga libre de toda forma de esclavitud del mundo que le conduce a configurar su vida en función de la comodidad personal.

5-       Evalúa al final del día si alguna palabra, gesto o acción pudieran haber sido de tropiezo para otros. Determina resarcir los daños causados, aún cuando tuvieras excusas y explicaciones por tales comportamientos.

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