AÑADIENDO EJECUCIÓN, DETERMINACIÓN E INICIATIVA

Atleta con determinación

EJECUCIÓN Y DETERMINACIÓN

La ejecución y la determinación son virtudes de edificación de alta importancia para nuestro crecimiento y madurez espiritual. Se trata de una virtud que nos permite transformar en acciones aquello que se pretende.

Hablamos de una virtud de tan alta relevancia que Jesús dedicó una enseñanza para resaltar y establecer que dicha virtud puede marcar el destino de nuestras almas edificadas en Cristo o no.

Mateo 7:24 dice: “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca”.

Sin duda, la determinación y la ejecución son virtudes espirituales de alto valor, y podemos verlo una y otra vez en las escrituras.

Números 23:19 dice: “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?”.

Si la madurez espiritual requiere la expresión de la vida de Dios en nosotros, entonces deberemos ser conocidos como personas de ejecución. Es frecuente encontrar a personas a las cuales les cuesta mucho tomar decisiones y ejecutar aquello que han pensado. Es en este sentido que la prudencia y la virtud de la ejecución se complementan y potencian. Decidir y actuar sin planificación y prudencia no es para nada una virtud, como tampoco puede la prudencia ser tal si no se concluye en la capacidad de tomar acciones determinadas.

La Biblia afirma innumerables veces en la Escritura acerca de Dios, como un Dios que ha hecho y que ha ejecutado lo que se ha propuesto.

Job 23:13-14 dice: “Pero si él determina una cosa, ¿quién lo hará cambiar? Su alma deseó, e hizo. (14) El, pues, acabará lo que ha determinado de mí; y muchas cosas como estas hay en él”.

Isaías 14:27 dice: “Porque Jehová de los ejércitos lo ha determinado, ¿y quién lo impedirá? Y su mano extendida, ¿quién la hará retroceder?”.

LA EJECUCIÓN Y SUS ALIADOS

La ejecución y la determinación tienen ciertos aliados que son de suma importancia:

  • La capacidad de asumir riesgos.
  • Pedir consejo.
  • Alianzas estratégicas.
  • La capacidad de decir “no”.
  • La tolerancia al fracaso y a la adversidad.

“La virtud espiritual de la ejecución y la determinación se refiere a la capacidad de conectar la palabra de Dios, la vida espiritual y la guía del Espíritu Santo, en decisiones y acciones prácticas.”

Podemos ver como aquellos que respondieron a Dios en el antiguo pacto (el cual era condicional), obtenían respuesta debido a la capacidad que demostraban de llevar a cabo aquello que se les demandaba.

Levítico 25:18-19 dice: “Ejecutad, pues, mis estatutos y guardad mis ordenanzas, y ponedlos por obra, y habitaréis en la tierra seguros; (19) y la tierra dará su fruto, y comeréis hasta saciaros, y habitaréis en ella con seguridad”.

2 Reyes 10:30 dice: “Y Jehová dijo a Jehú: Por cuanto has hecho bien ejecutando lo recto delante de mis ojos, e hiciste a la casa de Acab conforme a todo lo que estaba en mi corazón, tus hijos se sentarán sobre el trono de Israel hasta la cuarta generación”.

2 Crónicas 31:20-21 dice: “De esta manera hizo Ezequías en todo Judá; y ejecutó lo bueno, recto y verdadero delante de Jehová su Dios. (21) En todo cuanto emprendió en el servicio de la casa de Dios, de acuerdo con la ley y los mandamientos, buscó a su Dios, lo hizo de todo corazón, y fue prosperado”.

1 Reyes 5:5 dice: “Yo, por tanto, he determinado ahora edificar casa al nombre de Jehová mi Dios, según lo que Jehová habló a David mi padre, diciendo: Tu hijo, a quien yo pondré en lugar tuyo en tu trono, él edificará casa a mi nombre”.

2 Crónicas 2:1 dice: “Determinó, pues, Salomón edificar casa al nombre de Jehová, y casa para su reino”.

Pero no solo se habla de pueblo de Dios obedeciéndoles, sino de reyes impíos ejecutando una obra que Dios les ha asignado para el cumplimiento y ejecución de sus juicios sobre la maldad humana.

Joel 2:11 dice: “Y Jehová dará su orden delante de su ejército; porque muy grande es su campamento; fuerte es el que ejecuta su orden; porque grande es el día de Jehová, y muy terrible; ¿quién podrá soportarlo?”.

Sofonías 3:8 dice: “Por tanto, esperadme, dice Jehová, hasta el día que me levante para juzgaros; porque mi determinación es reunir las naciones, juntar los reinos, para derramar sobre ellos mi enojo, todo el ardor de mi ira; por el fuego de mi celo será consumida toda la tierra”.

Más ahora en el nuevo pacto, estas virtudes nos han sido otorgadas a manera de vida espiritual como una semilla que busca abrirse camino hasta romper la tierra de nuestra alma para así dejar evidencia de aquello que Dios espera ver expresado en acciones concretas.

En el NT tenemos diferentes ejemplos de como los creyentes expresaban estas virtudes en circunstancias cotidianas para el avance del evangelio.

Hechos 11:29-30 dice: “Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea; (30) lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo”.

Hechos 20:13 dice: “Nosotros, adelantándonos a embarcarnos, navegamos a Asón para recoger allí a Pablo, ya que así lo había determinado, queriendo él ir por tierra”.

2 Corintios 1:23 – 2:1 dice: “Mas yo invoco a Dios por testigo sobre mi alma, que por ser indulgente con vosotros no he pasado todavía a Corinto. (1:24) No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que colaboramos para vuestro gozo; porque por la fe estáis firmes. (2:1) Esto, pues, determiné para conmigo, no ir otra vez a vosotros con tristeza”.

Tito 3:12 dice: “Cuando envíe a ti a Artemas o a Tíquico, apresúrate a venir a mí en Nicópolis, porque allí he determinado pasar el invierno”.

En Cristo y exponiéndonos continuamente a la palabra de la Cruz, somos introducidos en una atmósfera de gracia, la cual provee todas las condiciones necesarias para que podamos responder a Dios con toda diligencia en ejecución, determinación e iniciativa, no por demandas externas sino por su vida misma la cual nos imparte su naturaleza operando desde nuestro ser interior, llevándonos a responder a las expectativas divinas.

Esta gracia tan maravillosa no nos deja inactivos esperando a que sea Él quien lo haga todo, sino que más bien nos impulsa desde la vida misma de Cristo a esforzarnos para llevar a cabo su propósito, es por eso que el apóstol Pablo usaba expresiones como “Esfuérzate en la gracia”

Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.


2 Timoteo 2:1-10 (Reina-Valera 1960)

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