ATENCIÓN: EL SIGUIENTE TEXTO PERTENECE A UN BOSQUEJO DE PREDICACIÓN. ES POSIBLE QUE NO CONTENGA TODAS LAS EXPLICACIONES NECESARIAS.
Introducción:
Que importante es entender que el evangelio no es algo que viene a nosotros porque estamos mal o estamos necesitados. El evangelio nos convida a sumarse a SU VIDA y Actividad.
El evangelio no pertenece a los sistemas filosóficos, sino que el evangelio está vivo. Y si el Evangelio está VIVO, entonces tiene una actividad.
Es por eso que cuando el evangelio es anunciado por Jesús y luego por los apóstoles, son inevitables las referencias a las cosas vivas:
- La semilla que cae en el campo.
- El hijo que vuelve a la casa del Padre.
- “Arraigados y simentados…”
- “Ustedes son edificio de Dios, labranza de Dios…”
Eso es porque el Evangelio no pertenece a los sistemas filosóficos, sino a los sistemas vivos.
Aunque no pertenece a los sistemas filosóficos, al evangelio podemos:
- Predicarlo.
- Explicarlo.
- Enseñarlo.
- Anunciarlo.
- Entenderlo.
- Oírlo.
- Escribirlo.
- Creerlo.
Aunque muchos confunden eso, creyendo que el evangelio es un conjunto de pensamientos, principios, dogmas o enunciados, lejos está eso de la realidad. El evangelio nunca se conformará a las explicaciones o a las palabras que usamos para anunciarlo. Sencillamente pertenece a otra naturaleza, ya que el Evangelio está vivo.
Filipenses 1:15-21 dice: “Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad. (16) Los unos anuncian a Cristo por contención, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones; (17) pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio. (18) ¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún. (19) Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación, (20) conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte. (21) Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”.
El evangelio también puede ser anunciado por contienda, sin sinceridad, por envidia o por objetivos equivocados. Pero eso no significa que el Evangelio esté siendo vivido. Por ejemplo, se puede creer en Dios, pero eso nos hace vivir en Él (los demonios también pueden creer – Stg 2:19)
Pero si preguntamos AL EVANGELIO (que es Cristo mismo), él no se conformará con nuestro conocimiento intelectual, sino que buscará producir FRUTO. No es lo mismo hablar de la selva, o ver un documental de ella, que ESTAR EN. Los mecanismos necesarios para una y otra realidad son totalmente diferentes.
Toda actividad a la que dediques tu vida te robará tiempo, fuerzas y recursos. Pero la actividad del evangelio te otorga eternidad, renueva tus fuerzas y produce todo tipo de recursos necesarios. El Evangelio mismo te lleva al punto de tomar esta decisión: ¿A qué vas a dedicar tu vida?
LA ACTIVIDAD DEL EVANGELIO
Efesios 3:20-21 dice: “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, (21) a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén”.
El evangelio tiene una actividad en nosotros. Esa actividad trasciende nuestro entendimiento o conocimiento. Es esa actividad la que debemos descubrir para entrar en VERDADERA ACTIVIDAD.
Este año debe encontrarnos en VERDADERA ACTIVIDAD.
El evangelio tiene:
- Una actividad EN nosotros.
- Una actividad CON nosotros. (cómo oirán si no hay quien les predique)
- Una actividad HACIA el mundo. (si callan, las piedras hablarían)
Lucas 6:47 dice: “Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante”.
Juan 15:5 dice: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”.
¿Cuál es el hacer del Evangelio? ¿Cuáles son las actividades que haremos y no serán tomados como OCIO por el Evangelio?
El hacer verdadero comienza viendo la actividad del evangelio y cómo actúa.
El hacer verdadero comienza con la agenda de Dios y no con mi propia agenda.
El hacer verdadero comienza viendo al mundo y sabiendo que el Espíritu tiene una agenda diaria, de la cual debemos anhelar ser parte.
Hay quienes entran a las redes sociales para ver lo que otros están haciendo. Ten cuidado en creer que lo que ves en las redes sociales es lo que está sucediendo. Hoy los niños ven videos de otros niños jugando. A veces ni si quiera piden los juguetes, porque tienen los suyos, pero es más divertido ver a otros jugar y no tengo que moverme. Eso es pasividad, el mal de esta generación. Buscamos congregarnos donde está la “gente que hace”, pero no estamos dispuestos a ser nosotros los que HACEN.
Es una posición de inmadurez, pero que se vuelve peligrosa y nos expone a las tinieblas.
LA ACTIVIDAD DE LOS SANTOS
2 Pedro 1:8 dice: “Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo”.
Conocimiento sin fruto es muerte. No podemos permitirnos el ocio. Hay una actividad que es tomada como pasos de una carrera verdadera.
Santiago 4:17 dice: “y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado”.
No podemos tomar la pasividad como una alternativa para nuestras vidas.
Hay quienes excusan su pasividad detrás de las malas experiencias del pasado. Eso es inaceptable. Nunca permitas que una experiencia te deje en pasividad.
¿Porqué debemos estar activos?
- Porque el Evangelio está activo.
- Porque nos han sido dadas riquezas espirituales, dones, sabiduría, vida espiritual, que no puede ser consumida sin producir frutos.
¿Recuerda la palabra de los talentos? El siervo que fue reprendido fue aquel que no hizo nada con lo que su señor le había entregado.
Judas 1:3-4 dice: “Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. (4) Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo”.
Estamos rodeados de una generación peligrosa que nos requiere contendiendo ardientemente. Busca la sustancia que te enciende. Atraviesa el umbral del cansancio, el fastidio y el desgano y descubrirás que detrás hay un gran poder esperándote.
Muchos encuentran el fastidio, el desgano y el cansancio y se quedan allí, pensando saber lo que hay detrás. Nunca sabrás lo que hay detrás hasta que salgas de allí.
LAS CONSECUENCIAS DE LA PASIVIDAD
Cuando un cristiano no se introduce en la actividad de las cosas verdaderas y se concentra sólo en el activismo de las cosas humanas, naturales y temporales, entra en pasividad.
Algunas de las consecuencias que produce la pasividad espiritual:
- Cuesta tomar decisiones propias. Se busca siempre que sean otros los que toman decisiones, para luego alimentar el pensamiento de víctima.
- Se busca ayuda, pero no se cree tener los recursos propios para actuar. Siempre los recursos están en otra parte. Por lo tanto no se cree en el llamado de Dios, porque se cree que no hay nada valioso en sí mismo.
- Se pierde la capacidad de Recordar cosas importantes. La mente se deteriora. Se deja de Entender lo que se está proponiendo. Hay que usar demasiados recursos para poder recordar compromisos, etc. ¿Cuántas veces pedimos perdón por causa del olvido? Es un análisis para hacer. Eso produce evitar menos compromisos, relaciones, etc.
- Se comienza a Evitar la confrontación. Y por lo tanto, se comienzan a perder las verdaderas batallas.
- Al que entra en pasividad Le cuesta pedir ayuda. Es un tipo de orgullo disfrazado de humildad.
- Sólo hacen cosas, cuando las emociones le acompañan. Se pierde el dominio propio y se vuelve esclavo de los ciclos.
- El auto-menosprecio. El orgullo por querer decirle a Dios lo que ellos son y que Su llamado está mal. Eso da lugar a las tinieblas, que encuentran en la pasividad el caldo de cultivo para todo tipo de influencias negativas.
- Se busca la presencia de Dios en experiencias o sentires, pero no en la acción diaria.
- Se genera una expectativa de lo que Dios hará. Expectativas que por estar mal fundadas, deterioran la fe.
Efesios 2:8-10 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; (9) no por obras, para que nadie se gloríe. (10) Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
2 Timoteo 1:8-9 Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios, (9) quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,
¿Cómo quebrar la pasividad?
- Humildad. Nunca creer saberlo todo, o que mi perspectiva es la correcta. Siempre dudar de la perspectiva personal.
- Menospreciar la ganancia o pérdida personal, para buscar la ganancia del Cuerpo.
- Desvalorizar la comodidad y el confort.
- Nunca permitir que la palabra “confrontación” sea una mala palabra.
- Producir actividad cuyo resultado final sea la edificación de la Iglesia, y la colaboración con los santos. (es incluye uno mismo, la familia, los asignados, la congregación, etc).
- Establecer agenda que sea innegociable (no sujeta a decisiones de último momento).
Hechos 3:1 dice: “Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración”.
Dos cosas para resaltar:
¿Porqué Lucas registra la hora del evento? La historia podría prescindir de ese detalle.
¿Porqué Lucas resalta el hecho de que esa hora era de la oración?
Hay agendas que no pueden estar sujetas a tu estado de ánimo.
Cuánta verdad que me deja meditando en cada palabra leída, gracias!
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Muchas gracias Pastor Abel gracias
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