LA SALVACIÓN DEL ESPÍRITU Y LA SALVACIÓN DEL ALMA

Cualquier forma de salvación que no proponga una forma de vida en la tierra estará incompleta. El evangelio nos anuncia vida eterna y con ella una propuesta a ser parte de la expresión en nuestros días de lo verdadero.

1 Corintios 3:12-15 dice: “Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, (13) la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. (14) Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. (15) Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego”.

Este pasaje nos muestra que a través de nuestra vida cristiana de la cual Cristo es el fundamento, por medio de nuestro caminar estamos sobreedificando, pero hay dos tipos de materiales con los que podemos edificar, con materiales temporales que serán quemados por el fuego o por materiales eternos que producirán una recompensa eterna.

Lucas 6:46-49 dice: “¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo? (47) Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. (48) Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca. (49) Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa”.

En este pasaje, el Señor Jesucristo también está hablando de que toda persona con sus acciones edifica, pero la enseñanza es la misma, no toda edificación permanecerá.

Principios expresados en la parábola de Jesús:

  • Todas las personas construyen algo en la vida.
  • Todos somos responsables constructores de una vida interior.
  • La construcción viene del hacer y también del no hacer.
  • Toda construcción de vida es probada por las circunstancias.
  • Tormenta viene a todos.

SALVACIÓN DEL ESPÍRITU Y SALVACIÓN DEL ALMA EN LAS ESCRITURAS

Por Cristo Jesús fuimos hechos salvos por gracia por medio de la fe, esta salvación la hemos recibido en el espíritu, pues Él nos hizo nacer de nuevo, lo cual es nacer del Espíritu (Juan 3:3, 6). Sin embargo, esa es sólo una faceta de la salvación. Una obra salvadora que se expresa de dos maneras: Una eterna y otra temporal.

La expresión eterna de la salvación es la vida eterna que nos fue otorgada por la fe en Jesucristo. Vida en el espíritu es vida eterna. (Juan 3:14-16)

La expresión temporal de la salvación es la manifestación de la vida espiritual. La vida espiritual, como una semilla, crece para manifestar un fruto.

El siguiente pasaje nos puede ayudar a un mejor entendimiento:

1 Corintios 5:4-5 dice: “En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, (5) el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús”.

En este pasaje vemos que un inmoral, que no estaba teniendo la expresión de la vida espiritual en su comportamiento, y por lo mismo no estaba reflejando la hermosura de Cristo, antes de ser un peligro para el cuerpo, era mejor retirarlo del cuerpo, para cuidar al resto del cuerpo, esa expulsión produciría destrucción para su carne, pero su espíritu conservaría la salvación que había recibido, dado que es eterna.

1 Pedro 1:6-9 dice: “En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, (7) para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, (8) a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; (9) obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas”.

El apóstol Pedro en este pasaje está hablando de una salvación que está puesta como fin y no como inicio. Es decir, nosotros tenemos una salvación que es el inicio, pues que antes de ser salvos estábamos muertos sin poder hacer nada, pero ahora que hemos recibido la vida espiritual, el sentido de esta vida espiritual es obtener el fin de nuestra fe, definido por el apóstol Pedro en este pasaje como la salvación del alma. Y explica que es la fe, en la medida que va siendo probada y creciendo, la que nos va guiando hasta obtenerla.

1 Pedro 2:1-3 dice: “Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, (2) desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, (3) si es que habéis gustado la benignidad del Señor”.

Aquí el apóstol Pedro está hablando de una salvación que viene por causa del crecimiento, la cual podría decirse, que se adquiere por madurez.

2 Timoteo 3:14-15 dice: “Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; (15) y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús”.

El apóstol Pablo le dice a Timoteo que las Escrituras le pueden hacer sabio para salvación. Sabemos que el apóstol Pablo es enfático en afirmar que la salvación se recibe por gracia por medio de la fe, pero en este pasaje está hablando de otro tipo de salvación que se obtiene por la sabiduría alcanzada por medio del estudio de las Sagradas Escrituras.

1 Timoteo 4:13-16 Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, en la exhortación y en la enseñanza. (14) No descuides el don que está en ti, que te ha sido dado por medio de profecía, con la imposición de las manos del concilio de ancianos. (15) Dedícate a estas cosas; ocúpate en ellas, para que tu progreso sea manifiesto a todos. (16) Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te escuchan.

De manera similar en la primera carta, Pablo no niega que la salvación se reciba por gracia, pero también insta a Timoteo a ocuparse de la lectura y de la enseñanza, a nos descuidar el don que le fue dado, y a cultivar su vida y su doctrina, para alcanzar una faceta de la salvación que obviamente no se refiere a la vida eterna que ya Timoteo y la iglesia habían recibido.

Filipenses 2:12-13 dice: “Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, (13) porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”.

El apóstol Pablo en este pasaje le habla a los filipenses, acerca de la necesidad de ocuparse en una salvación que no es solamente el evento eterno que nos dio vida, dado que se refiere a una salvación que nos mantiene ocupados.

Lucas 21:19 Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas.

El Señor Jesucristo al hablar de la salvación del alma menciona la necesidad de paciencia, de perseverancia en medio de las tribulaciones que vendrían.

Juan 12:25 El que ama su vida (alma) la pierde; y el que aborrece su vida (alma) en este mundo, la conservará para vida eterna.

En este otro pasaje, el Señor Jesucristo enseña para conservar el alma en la vida espiritual eterna, debe haber una pérdida intencional que relaciona con el aborrecimiento de las conexiones del alma con este mundo.

Hebreos 10:35-39 No desechéis, pues, vuestra confianza, la cual tiene una gran recompensa. (36) Porque os es necesaria la perseverancia para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis lo prometido; (37) porque: Aún un poco, en un poco más el que ha de venir vendrá y no tardará. (38) Pero mi justo vivirá por fe; y si se vuelve atrás, no agradará a mi alma. (39) Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás para perdición, sino de los que tienen fe para la preservación del alma.

El escritor a los hebreos, les insta a fortalecerse en su confianza, y en la necesidad que tienen de perseverar para obtener lo prometido, y luego afirma que no somos de los que retroceden para perdición, pues nuestro espíritu ha sido salvo y la vida espiritual no se perderá, pero luego explica que la necesidad de vivir por fe se relaciona con la preservación del alma.

Santiago 1:21-22 Por lo tanto, desechando toda suciedad y la maldad que sobreabunda, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. (22) Pero sed hacedores de la palabra, y no solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.

El apóstol Santiago también invita a sus lectores a desechar la maldad que está llenando el mundo, a vaciarse de todo lo que trata de llenar nuestra alma, para tener la capacidad de recibir con un entendimiento que produce obediencia y acción la palabra implantada, pues esta manera de recibir la palabra, tiene la capacidad de salvar nuestras almas, es decir, de transformarnos para ser hacedores de la palabras, expresiones vivas de la vida de Cristo manifestada en las Escrituras.

Dejá un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *