AUTORIDADES HUMANAS
Éxodo 20:12 dice: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.”
Vemos que el quinto mandamiento se refiere a la honra y obediencia que le debemos a nuestros padres, pues una correcta relación con Dios se basa en una correcta relación con la autoridad, y dado que la primera autoridad son nuestros padres, de ahí vemos varias exhortaciones en la Biblia al respecto.
Proverbios 30:17 dice: “El ojo que escarnece a su padre y menosprecia la enseñanza de la madre, los cuervos de la cañada lo saquen, y lo devoren los hijos del águila.”
Vemos también que las palabras del sabio son crudas en relación a alguien que se burla de sus padres
Efesios 6:1-4 dice: “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. (2) Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; (3) para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. (4) Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.”
Y luego el apóstol Pablo hace un llamado a la obediencia a los padres, estableciendo que es algo justo, porque ellos se han preocupado por nuestro bienestar, y desobedecerles equivale a deshonrarles. Claro, el apóstol no excluye que también los padres tienen una responsabilidad de amar e instruir a los hijos correctamente.
Por otro lado, la Biblia nos enseña que también debemos obediencia a los gobiernos civiles.
Romanos 13:1-3 dice: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. (2) De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. (3) Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; …”
1 Pedro 2:13-14 dice: “Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, (14) ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien.”
Tanto el apóstol Pablo como el apóstol Pedro nos enseñan que la sociedad es parte de lo que Dios ha establecido, y que Él ha establecido gobernantes con el propósito de mantener el orden social y frenar el mal, por lo que debemos obedecer las leyes. Algo clave es entender que Dios es el que pone reyes, y que hay propósito en Dios por cada gobernante que Él permite, y a quien en realidad obedecemos al respetar y honrar a los gobernantes es a Dios mismo, una vez ellos no inciten la desobediencia a la ley de Dios.
Efesios 6:5 dice: “Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; …”
La revelación de la soberanía de Dios no tiene que ver con explicar las acciones buenas y malas de los que están en autoridad, sino en la expresión del gobierno de Dios en Sus hijos. Si tenemos un amo terrenal, pero podemos servirle como al Señor, entonces estamos entendiendo Su Soberanía. En la realidad de Dios no existe tal cosa como una persona que busca obedecer a Dios, pero desconoce autoridades humanas.
AUTORIDADES ESPIRITUALES
En los diseños de Dios, sus planes para nuestras vidas y la edificación de Su Iglesia, Él mismo constituye autoridades. Cuando esas autoridades expresan aquello para lo cual han sido llamados, se convierten en la expresión misma de la autoridad de Dios. Este principio comprendió David al decidir no dañar a Saúl, aún habiendo sido ungido para ser rey (1 Samuel 24). Sin embargo es importante entender que las autoridades que Dios establece en Su Iglesia no están para enseñorearse de las personas, sino para servirles y eso marca la calidad de esa autoridad.
Mateo 20:25-28 dice: “Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. (26) Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, (27) y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; (28) como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”
Jesús marca muy claramente la diferencia entre el sistema del mundo y el sistema del reino de Dios. ¿Cómo funciona una autoridad que no se enseñorea sobre otros?
- Esa autoridad no busca beneficios personales en su liderazgo.
- Esa autoridad no demanda servicio para fines personales.
- Esa autoridad no está para imponer reglas o conductas sobre otros.
- Corrige y conduce con amor y por amor.
- No busca manipular a las personas para obtener su aprobación, sino que procura proveer las intenciones y expectativas de aquel que le llamó.
Hebreos 13:17 dice: “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.”
Sin embargo, aunque el sistema es diferente, la biblia si nos pide obedecer a nuestros pastores, y la razón que da, es que ellos velan por nuestras almas, ellos buscan nuestro crecimiento espiritual, ellos son en cierto modo, responsables ante Dios por nuestra madurez.
Esa obediencia no la procura la autoridad, sino aquellos que están siendo conducidos. Mientras el Espíritu nos conduce a ser obedientes, también provoca a las autoridades a someterse en servicio y amor.
¿Qué debo esperar de una autoridad espiritual?
Nuestra generación expresa serias evidencias patológicas en cuanto a su relación con la autoridad. Vemos a cristianos con conductas idolátricas hacia las autoridades. Muchos ven a las autoridades espirituales como mediadores que están “más cerca de Dios”. Otros son continuamente presos del menosprecio y la burla hacia la autoridad. Todas son conductas que retrasan la madurez en los santos y, en ocasiones, los exponen a las tinieblas.
No debería haber dudas en que todos los creyentes, siendo miembros del cuerpo de Cristo, poseemos el mismo valor, bautizados por el mismo Espíritu y con la misma cercanía a Cristo, solo que con función diferente. Es justamente en esa realidad espiritual (la del cuerpo) donde encontramos el principio de la “autoridad por vida”. La mano responde a la cabeza, pero no podrá hacerlo si no se somete al brazo. ¿Porqué debo obedecer a una autoridad espiritual? Porque Dios lo ha determinado así y de esa manera ha diseñado el cuerpo. Intentar nosotros mimos diseñar nuestra relación y conexión con Dios sería contradictorio. Sería como intentar gobernar a Dios, y eso nos llevaría a un camino muy peligroso.
1 Corintios 12:4-6, 18-20, 27-30 dice: “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. (5) Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. (6) Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. (18) Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. (19) Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? (20) Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. (27) Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. (28) Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente, apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas. (29) ¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿todos maestros? ¿hacen todos milagros? (30) ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan todos? …”
Es muy claro que todos los miembros tienen diferente función y posición, pero que son igualmente de necesarios y valiosos dentro del cuerpo de Cristo. Luego, en el verso 28 dice que Dios puso primeramente a los apóstoles, y la palabra que usa puede referirse tanto primero como anterior, o como grado, pero es probable que Pablo esté hablando tanto de tiempo como de autoridad, pues los primeros que vieron a Cristo resucitados fueron los apóstoles. Pero el punto del pasaje es que no todos hemos sido llamados a hacerlo lo mismo, sin embargo, todos gozamos del mismo nivel de unión con Cristo.
Efesios 4:11-12 dice: “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, (12) a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, …”
Este pasaje explica mejor la función de los ministros, diciéndonos que las gracias ministeriales fueron otorgadas para capacitar o perfeccionar, es decir guiar a la madurez a los demás creyentes, pues son todos los santos, es decir, todos los creyentes los llamados a hacer la obra del ministerio, y es en la función de todos que el cuerpo de Cristo es edificado.
1 Pedro 5:1-3 dice: “Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: (2) Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; (3) no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.
Los ministros son llamados a cuidar, capacitar y guiar al pueblo, y Pedro repitiendo las palabras de Cristo enfatiza que no son llamados a enseñorearse del pueblo, pues su autoridad reside no en ellos sin en la palabra de Dios que les ha sido encomendada enseñar y comunicar.
1 Pedro 5:5-6 dice: “Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. (6) Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; …”
Vemos que, aunque el apóstol Pedro llama a los jóvenes a sujetarse a los ancianos, luego regresa a hablar a los ancianos, como al inicio del capítulo, y establece que también los ancianos deben someterse a la comunidad, y la comunidad entera debe vivir en humildad humillándose bajo la mano de Dios.
El apóstol Pablo deja claro en sus cartas que su servicio es para ellos y que si obedecen sus exhortaciones ellos podrán avanzar a un mayor disfrute de las riquezas que nos fueron concedidas en Cristo por medio de la salvación.
Colosenses 2:1-4 dice: “Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro; (2) para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, (3) en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. (4) Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas.”
Filipenses 2:14-16 dice: “Haced todo sin murmuraciones y contiendas, (15) para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; (16) asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado.”
COMO AÑADIR OBEDIENCIA Y SUJECIÓN
- Medite y considere profundamente en su necesidad de obedecer a Dios como la única fuente de una vida en verdadera libertad.
- Determine que su vida no sea absorbida por sus propios designios personales, reconociendo día a día cómo éstos han sido modelados por el mundo.
- Pida al Espíritu la convicción y de qué autoridades el Señor ha establecido para su propio crecimiento y madurez.
- Pida al Espíritu el testimonio de aquellas palabras y direcciones que deben ser tomadas como de Dios y no de hombres.
- Determine no vivir una vida separada de los vínculos del cuerpo.
- Busque consejo antes de tomar decisiones trascendentes. No tome decisiones sin antes buscar el consejo y la oración.
- Determine ver la Iglesia, más allá de las personas y sus errores. Pida al Señor que día a día revele Su diseño, renunciando a toda intención de modelar su vida a las expectativas y anhelos personales.
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La verdad que la parte 1 me pareció excelente y esta ya no tanto porque que pasa con Mateo 23:8:12. Jesus nunca habló de constituir maestros, pastores .etc. y creo que este orden de iglesia instituido por Pablo hizo mucho mal al pueblo ….yo creo en que hay que bajarse de los pulpitos y dejarse de llamar PAstor , Apostol…depues de todo apostol es enviado y enviados somos todos. lo titulos señalan una asimetria que quieras o no la gente sigue.
Igual qu los diezmos y ofrendas que no son de este pacto hoy la ofrenda somos nosotros romanos 12:1.
Yo dejé todo desde hace 3 años el pastorado como lo venia ejerciendo, era Pastora de la iglesia de Stamateas , la profesión , soy psicóloga, las radios, una asociación que conducía …en fin y tengo todo por basura……
Bendiciones hermano amado!!!