LA PRUDENCIA COMO VIRTUD ESPIRITUAL

La prudencia es la capacidad de responder adecuadamente en base a una correcta lectura de las circunstancias en las que uno se encuentra.

PRUDENCIA EN EL AT

La palabra hebrea H995 “nabon” se traduce varias veces prudente, y significa ser sagaz y capaz de comprender un significado, percibir mentalmente una idea o una situación. Y lo vemos en los siguientes pasajes:

Génesis 41:33 dice: “Por tanto, provéase ahora Faraón de un varón prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto”.

1 Samuel 16:18 dice: “Entonces uno de los criados respondió diciendo: He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová está con él”.

Biblia de las Americas

Es interesante que la descripción que se hace de David enlaza la prudencia con sus palabras, es decir que tenían la capacidad de responder adecuadamente en base a una correcta lectura de las circunstancias en las que se encontraba. Podemos decir que la prudencia, como virtud espiritual en el alma, opera para librarnos del desgobierno de la mente y sus pensamientos.

Trae a la mente una atmósfera propicia para ser depositaria de pensamientos de luz provenientes del Espíritu de Dios. Es la combinación del temor de Dios, la humildad de la mente y la paz que produce el evangelio, de manera tal que las acciones y las palabras que expresamos dan cuenta de Cristo en nosotros.

Otro término utilizado es el hebreo H7919 “sakal” que significa percibir inteligentemente, actuar sabiamente, progresar sostenida y favorablemente. Esta palabra la vemos en los siguientes pasajes:

1 Samuel 18:14-15 dice: “Y David se conducía prudentemente en todos sus asuntos, y Jehová estaba con él. (15) Y viendo Saúl que se portaba tan prudentemente, tenía temor de él”.

Una palabra hebrea también usada es la palabra H8394 “tebuná”, traducida principalmente inteligencia, pero en referencia a la capacidad de comprensión, a la capacidad para el pensamiento racional o de inferencia. Vemos esta palabra usada en los siguientes pasajes:

1 Reyes 4:29 dice: “Y Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes, y anchura de corazón como la arena que está a la orilla del mar”.

Ezequiel 28:4 dice: “Con tu sabiduría y con tu prudencia has acumulado riquezas, y has adquirido oro y plata en tus tesoros”.

Proverbios 2:2-7 dice: “Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la prudencia, (3) Si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; (4) Si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, (5) Entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios. (6) Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. (7) El provee de sana sabiduría a los rectos; es escudo a los que caminan rectamente”.

Este pasaje es interesante porque hace un llamado a buscar la prudencia, que en el verso seis se traduce como inteligencia, en conjunto con la sabiduría, pero luego de la invitación a buscarla se afirma que es Jehová quien la da y que viene de su boca, por lo que es al mismo tiempo una invitación a buscar a Dios como la fuente de la inteligencia y la prudencia.

En el Nuevo Testamento, veremos al apóstol Pablo a usar este par de palabras como una necesidad que los creyentes deben de buscar en sus vidas.

Efesios 1:7-8 dice: “en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, (8) que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia…”.

Dios nos dio más que suficiente sabiduría (sophia) y entendimiento o prudencia (phronesis).

Sabiduría G4678 sophia = la característica de utilizar conocimiento y experiencia con sentido común y discernimiento.

Aristóteles la define como “el más perfecto de los modos del conocimiento, no sólo de las conclusiones, sino también de los principios primeros”. Dijo que sophia era “conocimiento consumado de los órdenes más exaltados”

Según Cicerón, sophia—que él traduce sapientia- “es conocimiento de lo humano y lo divino” (Tusculanas 4.26), y también dijo que era “la principal de las virtudes”

Sophia en sí es noble y siempre implica bondad. Platón dijo: “Toda sabiduría (sophia) que esté divorciada de la justicia y del resto de las virtudes es astucia, pero no sabiduría” (Menexeno 19). Jenofonte, citando a Sócrates, dice: “Justicia, y cualquier otra forma de virtud, es sabiduría, sophia (Memorabilia 3.9.5). Para el griego, sophia, sabiduría, bondad y nobleza van juntas. No puede existir la una sin la otra.

Inteligencia o prudencia G5428 phronesis = inteligencia, prudencia, comprensión. La capacidad para el pensamiento racional, la inferencia o la discriminación. El proceso de usar la mente para considerar algo cuidadosamente.

La diferencia básica entre sophia y phronesis estriba en que sophia es teórica y, phronesis, práctica; sophia tiene que ver con la mente del hombre; phronesis, con la vida, conducta y acción del hombre.

Aristóteles definió phronesis como la “verdad … que se interesa en la acción y relación de las cosas que son buenas para los seres humanos”. También decía que phronesis es “una virtud de la mente, mediante la cual los hombres toman decisiones sabias sobre las cosas que son llamadas buenas o malas en relación con la felicidad”.

Platón decía que phronesis es la “disposición que nos permite juzgar qué es lo que nos conviene hacer y qué lo que conviene evitar” (Definiciones 4.11).

Cicerón define phronesis—que él traduce prudentia- como “conocimiento de las cosas que deben procurarse y de las que deben evitarse”.

Phronesis es una virtud extremadamente práctica. Muy a menudo los escritores clásicos contrastan y comparan sophia con phronesis. Filón dice que sophia se ocupa del servicio de Dios, y, phronesis, de la ordenación de la vida humana (De Proem. et Poen. 14).

Aristóteles dice que sophia tiene que ver con todo lo que es inmutable, y, phronesis, con todo lo que está sujeto a cambio, con lo que es oportuno en cualquier circunstancia.

Lucas 1:17 dice: “E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto”.

Pero la unión de estas dos palabras se remonta al AT.

Salomón ora y pide un corazón entendido y Dios le da un corazón sabio y entendido (1 R. 3:12; 4:29), y la septuaginta dice que Dios dio sabiduría (sophia) y prudencia (phronesis).

1 Reyes 3:9 dice: “Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande?”.

1 Reyes 3:12 dice: “…he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú”.

1 Reyes 4:29 dice: “Y Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes, y anchura de corazón como la arena que está a la orilla del mar”.

Daniel 1:17 dice: “A estos cuatro muchachos Dios les dio conocimiento (sunesis) e inteligencia (phronesis) en todas las letras (gramatica) y ciencias (sophia); y Daniel tuvo entendimiento (suneime = comprensión) en toda visión y sueños”.

Proverbios 8:1 dice: “¿No clama la sabiduría, y da su voz la inteligencia?”.

Sabiduría, sophia, e inteligencia, phronesis, requieren la atención del hombre (Pr. 8:1).

Proverbios 8:10-14 dice: “Recibid mi instrucción y no la plata, y conocimiento antes que el oro escogido; (11) porque mejor es la sabiduría que las joyas, y todas las cosas deseables no pueden compararse con ella. (12) Yo, la sabiduría, habito con la prudencia, y he hallado conocimiento y discreción. (13) El temor de Jehová es aborrecer el mal. El orgullo, la arrogancia, el mal camino y la boca perversa, yo aborrezco. (14) Mío es el consejo y la prudencia, yo soy la inteligencia, el poder es mío”.

Guardar los mandamientos de Dios es señal de sabiduría e inteligencia (Dt. 4:6).

Deuteronomio 4:6-8 dice: “Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta. (7) Porque, ¿qué nación grande hay que tenga un dios tan cerca de ella como está el SEÑOR nuestro Dios siempre que le invocamos? (8) ¿O qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios tan justos como toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?”.

Isaías habla de juicio que terminaría con la sabiduría del sabio y de la inteligencia, sunesis, del entendido (Is. 29:14).

Isaías 29:13-14 dice: “Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado; (14) por tanto, he aquí que nuevamente excitaré yo la admiración de este pueblo con un prodigio grande y espantoso; porque perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la inteligencia de sus entendidos”.

El gran valor de todo esto radica en que el hombre realmente sabio tiene sabiduría teórica y práctica. La imagen tradicional del sabio es la de un hombre encerrado en su estudio, sepultado en sus libros y perdido en la investigación; un hombre sin contacto con la vida y, consecuentemente, por completo inefectivo e ineficaz en la conducta del vivir cotidiano. Pero semejante hombre es incompleto, porque, aunque tenga sophia, carece de phronesis y sunesis.

Por otra parte, la imagen común del hombre pragmático es la del individuo que está siempre tan ocupado con los negocios prácticos de la vida, que carece de tiempo e inclinación para molestarse con la teología, la filosofía o, meramente, con el pensamiento simple y llano. Este hombre también es incompleto, porque puede tener phronesis y sunesis, pero carece de sophia.

La Biblia ve al hombre como un todo; al que es sabio en los asuntos de la eternidad y eficiente en los del tiempo.

PRUDENCIA EN EL NT

La palabra más frecuentemente traducida prudencia, es el G5429 frónimos, que se refiere a una persona marcada por el ejercicio del buen juicio o sentido común, especialmente en cuestiones prácticas, también se traduce sabio, en el sentido de tener conocimiento acumulado.

Esta palabra la encontramos en los siguientes pasajes:

Mateo 7:24 dice: “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca”.

Mateo 10:16 dice: “He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas”.

Mateo 24:45 dice: “¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo?”.

Mateo 25:2-4 dice: “Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. (3) Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; (4) mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas”.

1 Corintios 10:15-16 dice: “Como a prudentes os hablo; juzgad vosotros lo que digo. (16) La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?”.

PRUDENCIA Y DOMINIO PROPIO

El dominio propio es una de las evidencias de la madurez espiritual. Nos permite manifestar la realidad de nuestro espíritu sin tropiezos y mantener bajo gobierno del espíritu nuestro cuerpo y alma.

Cuando añadimos prudencia espiritual en nuestras almas, lo que estamos haciendo es crear las condiciones para llegar al dominio propio. Unas de las mayores fortalezas que impiden la madurez espiritual son las excusas que se levantan para defender las palabras fuera de lugar, los exabruptos o reacciones descontroladas. Muchas veces son defendidas como parte del carácter y la personalidad, lo cual se convierte en una mentira muy poderosa en el corazón.

A menudo las personas creen que si pierden esas actitudes y aspectos de su carácter, entonces deben “dejar de ser ellos mismos”. Si ese pensamiento permanece, será muy difícil que la persona alcance una verdadera madurez y finalmente conozca quién es en realidad según Dios.

¿Ha visto a un niño pelear por un juguete con otro niño? Hasta cierto punto sabemos que es normal, pero aún así intercedemos para evitar el pleito. ¿Qué le parecería encontrar a dos adultos discutiendo por el mismo juguete? Cuando vamos creciendo dejamos cosas de niños y se producen cambios inevitables. Eso no nos vuelve menos veraces, porque vamos expresando una nueva realidad de madurez. De esa misma manera, dejando las cosas que nos mantienen atados a la inmadurez y sometidos al mundo, reflejamos más exactamente lo que somos En Cristo.

Santiago 1:26 dice: “Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana”.

COMO AÑADIR PRUDENCIA

  • Pida a Dios sabiduría e inteligencia cada día y reconozca la Gracia de Dios cuando usted note que esa sabiduría se expresa en usted.
  • Dedique tiempo para presentar su corazón al Señor en humildad, reconociendo sus limitaciones y aquellas cosas de las cuales usted debe despojarse.
  • Practique el silencio y la reflexión cuando las circunstancias externas le obligan a hablar o reaccionar. Si alguna reacción equivocada surge, entonces tome tiempo para reflexionar en eso y permita al Espíritu tratar con la raíz de esas reacciones, revelando la posición de su espíritu en paz y gobierno.

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1 comentario en “LA PRUDENCIA COMO VIRTUD ESPIRITUAL”

  1. Gracias Pastor Abel y equipo de Herramientas Discipulares porque me ayuda a reflexionar sobre la prudencia, es mas claro el pensamiento y hago mía la oración

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