AÑADIENDO TENACIDAD Y VALENTÍA

valentía

La valentía como virtud que reviste el alma es aquella que nos permite aceptar toda forma de sufrimiento que venga a nosotros por causa de hacer lo correcto. Es una virtud que se despierta y refuerza cuando podemos ver un destino claro, donde el poder del amor espiritual crece y se manifiesta.

La valentía como virtud que reviste el alma es aquella que nos permite aceptar toda forma de sufrimiento que venga a nosotros por causa de hacer lo correcto.

TENACIDAD Y VALENTíA

Definamos Valentía

Hay tres palabras griegas que expresan aspectos diferentes de la valentía:

  1. Tharréo: Valentía ante la muerte.
  2. Parresiázomai: Valentía para hablar la verdad.
  3. Tolmáo: Valentía para lograr grandes cosas para Dios.

La valentía es aquella virtud que desaloja en el alma toda forma de miedo y ansiedad para llegar al destino propuesto por Dios. Es por eso que Dios ordenó a Josué: “esfuérzate y sé valiente”.

Definamos Tenacidad

La tenacidad es una virtud que se potencia con la valentía y es aquella que nos conduce a alcanzar metas, sabiendo que vendrán dificultades.

El diccionario de la RAE dice acerca de “tenaz”:

  • Que se pega, ase o prende a una cosa, y es dificultoso de separar.
  • Que opone mucha resistencia a romperse o deformarse.
  • Firme, porfiado y pertinaz en un propósito.

EL ALMA Y EL TEMOR A LA MUERTE

Cuando el evangelio es recibido sin mezclas humanas, debe producir un efecto inevitable: el desarraigo del alma del temor a la muerte.

Hebreos 2:14-15 dice: “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, (15) y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre”.

El temor a la muerte es una de las esclavitudes más poderosas que somete al hombre sin Dios. Este temor gobierna muchas de las conductas y decisiones humanas que producen como fruto mal y tinieblas.

La revelación del amor de Dios desaloja el temor y conduce al alma a una posición de sabiduría en el temor de Dios. Es por eso que podemos aseverar que la valentía es una virtud que nos conduce a manifestar la libertad que nos ha sido otorgada en la Cruz de Cristo.

Proverbios 14:27 dice: “El temor de Jehová es manantial de vida para apartarse de los lazos de la muerte”.

1 Juan 4:18 dice: “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor”.

Esta virtud despierta en los llamados a salvación la valentía que el camino exige en el diario vivir.

Apocalipsis 12:11 dice: “Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte”.

1 Juan 4:4 dice: “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo”.

VALENTÍA Y TENACIDAD EN LA GRACIA DE DIOS

La gracia de Dios es la puerta que nos ha dado acceso a las riquezas de la salvación y al Reino de Dios. Ahora bien, es necesario conducir a nuestra alma a una forma de vivir en esa gracia. Vivir en la gracia de Dios es aceptar que no tenemos las fuerzas ni las capacidades de alcanzar aquello que nos es propuesto por el evangelio.

Vivir en la gracia de Dios es aceptar que no tenemos las fuerzas ni las capacidades de alcanzar aquello que nos es propuesto por el evangelio.

Vivir en la gracia es creer que el camino propuesto por Dios no está diseñado en función a nuestros logros o historia, sino en función del poder de aquel que nos llamó. Esto significa entender que somos cortos e insuficientes, pero que aun así hemos sido llamados por Dios para avergonzar a los poderosos del mundo.

“Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo”.

1 Corintios 15:10

Es por esto que la valentía y la tenacidad son virtudes que nos llevan a descubrir y acrecentar la expresión de la gracia de Dios en nuestras vidas.

1 Corintios 1:26-29 dice: “Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; (27) sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; (28) y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, (29) a fin de que nadie se jacte en su presencia”.

CÓMO AÑADIR TENACIDAD Y VALENTÍA

  1. Pida a Dios sabiduría para establecer metas que le sean firmes y le conduzcan al destino correcto. Determine ser libre de toda forma de metas que el alma busca alcanzar y que son impuestas por el mundo y sus deseos.
  2. Pida a Dios revelación de su amor y su evangelio, de tal manera que toda forma de temor a la muerte sea desalojada de su corazón y pensamientos. Fortalezca en su corazón la convicción y certeza de la vida eterna.
  3. Conduzca a su alma a aceptar la adversidad como parte del camino a transitar, renunciando a toda forma de desgano, pusilanimidad y temor.
  4. Medite acerca de la importancia de caminar en temor de Dios. Indague al respecto. Ese temor es resultado de la revelación misma del evangelio, por lo cual su ausencia es evidencia de nuestra ignorancia.
  5. Ejercite la valentía en declarar la palabra de Dios a quienes le rodean, en amor creciente y paz.

Dejá un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *