VESTIDOS DE CRISTO – Parte 3

VESTIDOS DE LA JUSTICIA.

Efesios 6:14-15 dice: “Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,

Debemos vestirnos de la Justicia, porque en el día malo vendrán acusaciones. Las herramientas de las tinieblas son altamente predecibles y han sido las mismas siempre.

Sin duda que las injusticias pueden ser una flecha penetrante. Pero la coraza de Justicia es sumamente eficaz. La Justicia de la cual debemos vestirnos no es la nuestra propia. Recuerde que nos estamos vistiendo de Cristo, y por lo tanto él es nuestra justicia.

1 Corintios 1:30-31 dice: “Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención;  (31)  para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor”.

Si las situaciones injustas te encuentran vestido de tu propia justicia, entonces te dañarán. Pero buscamos vestirnos de la justicia que es Cristo, es indestructible, porque esa justicia no se basa en tus capacidades o fuerzas. La justicia que nos es dada en Jesucristo es poderosa e intocable.

Si buscas estar en Cristo, entonces debes conocer, entender y vestirte de Su Justicia:

Filipenses 3:7-9 dice: “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.  (8)  Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,  (9)  y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe”.

Si las tinieblas vienen con injusticias externas, recuerda:

Gálatas 2:20-21 dice: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.  (21)  No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.

2 Corintios 5:14-15 dice: “Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron;  (15)  y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos”.

Si las tinieblas vienen con acusaciones internas:

Romanos 8:1-2 dice: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.  (2)  Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte”.