VIRTUDES DEL CORAZÓN

En la palabra encontramos tres tipos de virtudes, las del corazón, las de vinculación y las de edificación.

Las virtudes del corazón son aquellas virtudes que operan en el ser interior y repercuten en las expresiones externas.

Dentro de las virtudes del corazón podríamos mencionar la siguientes:

  • Perdón.
  • Benevolencia y bondad.
  • Contentamiento y regocijo.
  • Discernimiento.
  • Entusiasmo.
  • Generosidad.
  • Humildad.
  • Justicia.
  • Mansedumbre.
  • Templanza.

Ezequiel 36:26 dice: “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne”.

2 Corintios 3:3 dice: “…siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón”.

PERDÓN

Definición:

Es la virtud que nos permite borrar las ofensas de otros en nuestros corazones.

¿Por qué perdonar?

Hay al menos tres grandes fuentes de motivación que nos conducen al perdón, pero sólo una de ellas contiene la tecnología y potencia de la vida espiritual.

  1. El perdón me libera de las personas.

Cuando no perdonamos, quedamos presos de aquellos que nos dañan y ofenden, de manera tal que seguirán gobernando nuestras vidas por dentro y luego en las decisiones que tomamos. Podemos decir que este enfoque nos provoca a perdonar por beneficio personal. Aunque pudiera escucharse razonable y hasta sabio, no es sencillo llevarlo a la práctica.

La falta de perdón produce raíces de amargura y rencor que dañan el alma y también enferman al cuerpo. Cuando perdonamos sinceramente, esa presión de angustia constante se quita y nos permite enfocarnos en lo correcto. El perdón nos redime tiempo, porque nos ayuda a invertirlo en asuntos más relevantes. El rencor nunca será un medio para alcanzar resultados favorables en ningún área de la vida.

2. Perdonar porque también hemos sido perdonados por Dios.  

Mateo 6:14-15 dice: Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;  (15)  mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

Mateo 18:35 dice: Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.

Cuando la ofensa viene a nuestras vidas se encuentra con estructuras de pensamiento y provocará reacciones. Es evidente que el viejo hombre opera en enemistad y sus reacciones producirán más enemistad. Jesús confrontó esas conductas del alma humana en muchas ocasiones:

  • Con enseñanzas a los discípulos: perdona setenta veces siete.
  • Con parábolas: parábola del siervo malo.
  • Con sus oraciones: “perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos…”

Esta fuente de motivación no siempre es eficaz por diferentes razones:

a. Falta de memoria: no recordar lo que por Dios hemos sido perdonados.

b. Falta de entendimiento: de la grandeza y profundidad del perdón que recibimos de Dios.

c. Justicia humana: la cual detiene el perdón cuando el daño que otra persona nos produce parece ser mayor a nuestros propios pecados, falencias o errores. Cuando nos vemos buenos según nuestra propia justicia y juzgamos a otros por sus acciones. Produce pensamientos y actitudes de este tipo: “Si, Dios me perdonó, pero lo que esa persona me hizo, yo nunca se lo hice a nadie, ni hice ningún mal a nadie de esa dimensión”.

3. El perdón por causa de la VERDAD Y LA VIDA ESPIRITUAL.

El Evangelio de Jesucristo nos reconcilió con Dios. Este evangelio nos otorgó:

  • Perdón de pecados.
  • Redención.
  • Justificación.
  • Reconciliación.
  • Nueva Vida.
  • Nos iluminó y nos hizo luz.

Pero eso no quedó allí sino que nos encargó la reconciliación. En la vida espiritual somos agentes de reconciliación. La enemistad ya no es parte de nuestras vidas y no tenemos comunión con la enemistad. Esa es nuestra VERDAD.

Nuestra ALMA puede perdonar, porque en el ESPÍRITU amamos a las personas. Y ese amor no se produce por las personas sino por la naturaleza de Dios en nosotros. Porque amamos, perdonamos. Nuestra realidad ES el amor.

La falta de perdón es una vestidura que no condice con nuestra realidad espiritual.

Cuando los ojos son abiertos y una persona puede VER su realidad espiritual, descubrirá dos VERDADES altamente poderosas:

  1. Amamos a las personas y aún a nuestros enemigos y quienes nos han dañado.
  2. En nuestra realidad espiritual, nuestra vida espiritual, nunca hemos sido dañados ni ofendidos. La vida espiritual es intocable e imposible de dañar. Cuando notamos que el daño recibido es sólo en nuestro cuerpo o alma, entendemos que es un daño demasiado pequeño, ya que nuestra verdadera vida no está en el cuerpo ni en el alma, sino en el espíritu. Eso produce un efecto: puedo perdonar, porque he visto la verdad: nunca fui dañado.

Observación: perdón y los vínculos. ¿Cómo afecta el perdón a la edificación de vínculos?

Hebreos 12:15 dice: “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados…”

Oración:

Padre, gracias por tu perdón y por todos los beneficios que recibo de ti día a día. Gracias por la grandeza del amor con el que amaste y por hacerme partícipe de tu naturaleza.

0 comentarios en “VIRTUDES DEL CORAZÓN”

  1. Maria Guillerma Rosales

    Gracias Pastor Abel completisimo gracias a Dios qoe nos permite vivir en Su Reconciliacion gracias ________________________________

  2. Es q por dónde me meta siempre dare un eterno gracias… Q bello Dios..Cuanto me ministra el tema del perdon porque en lo físico si he llevado procesos muy muy fuertes . A causa d la verdad q me absorvio todos quedaron absuelto d todo daño.. hermoso Padre gracias amados

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