La humildad del corazón es la expresión inevitable de la verdad revelada y manifestada. La humildad es la coherencia del corazón frente a la realidad de Dios. En consecuencia, podemos decir que el orgullo es una estructura de mentira e ignorancia que se edifica en el corazón. Esta estructura da lugar a las tinieblas y trae consecuencias desbastadoras para el alma.
La humildad es una de las características a las que más debemos poner atención, pues cuando nuestro Señor Jesucristo hace un llamado para venir a él, se presenta a sí mismo y resalta dos características que, aunque son diferentes trabajan juntas: la mansedumbre y la humildad.
Mateo 11:28-30 “Venid a mí, todos los que estáis fatigados y cargados, y yo os haré descansar. (29) Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. (30) Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.”
Jesús está haciendo el llamado a seguir, dejando muy claro quién es él, qué es a la vez la lección que se debe de aprender de él y el yugo que nos insta a llevar, el yugo de la humildad y la carga del servicio amoroso a Dios y a su pueblo.
1 Pedro 5:5 Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes.
La palabra griega que se usa en este pasaje para humildad es “Tapeinofrosúne”. Una palabra compuesta por Tapeinos (condición humilde) y Fren (sentimientos, modo de pensar, es decir las funciones del alma).
Humildad (Strong): G5012 (ταπεινοφροσύνη) tapeinofrosúne: de un compuesto de G5011 y la base de G5424; humillación de mente, i.e. modestia: humildad.
La expresión “revestíos de humildad” expresa de manera muy precisa la realidad de lo que sucede en la transformación de nuestras almas. El espíritu no necesita revestirse porque es allí donde se encuentra nuestra coherencia delante de Dios y el entendimiento de lo eterno.
La madurez espiritual se produce notificando al alma de las realidades eternas y del entendimiento que produce en nosotros la revelación de la Verdad. De esa manera el alma se desviste de la mentira (el orgullo) y se reviste de lo verdadero (la humildad).
El orgullo es altamente nocivo para el alma y nos aleja de las realidades eternas y de la sabiduría de Dios. El alma del hombre se vio alejada de su diseño original y su dependencia de Dios y fue allí donde creció el orgullo como la cizaña. La naturaleza caída del hombre tiende al orgullo y lo produce como fruto.
LA HUMILDAD Y LA REVELACIÓN DE LA GRACIA
Filipenses 2:3-8 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; (4) no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. (5) Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, (6) el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, (7) sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; (8) y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
La humildad comienza a revestir nuestras almas de manera verdadera cuando nuestros ojos son abiertos y accedemos aun entendimiento profundo de la Gracia de Dios.
- Entendiendo dónde estábamos cuando fuimos alcanzados por Dios: estábamos muertos.
- Entendiendo lo que hicimos para merecer la salvación: no hicimos nada y no pudiéramos haber hecho nada para acceder a esa gracia.
- Entendiendo lo que Dios vio en nosotros para salvarnos. Lo que Él vio no fue en nuestra humanidad sino en la grandeza de su propia Gracia. Dios no nos vio de ninguna manera dignos por nuestras capacidades o bondades, sino que nos vio en Su Hijo al salvarnos.
No hay lugar al orgullo en la vida espiritual. Cuando una persona piensa haber logrado algo con sus fuerzas y busca ser reconocido y exaltado por ello, el corazón se tuerce y da lugar al orgullo. Pero cuando hacemos de la Gracia de Dios nuestra realidad y ámbito de vida, toda la Gloria es para Dios y es Él quien nos exalta.
Podríamos decir que humildad es consecuencia directa de la revelación de la vida espiritual (la cual es perfecta y completa) que nos ha sido dada por gracia, mientras estamos plenamente conscientes de nuestras limitaciones en el alma, al mismo tiempo que del amor de Dios para con nosotros.
La humildad de la cual nos revestimos desde la vida espiritual nos permite despojarnos de toda justicia personal y humana. Nos lleva a entender que no hemos sido llamados a juzgar sino a servir y colaborar con la obra del Espíritu Santo en quienes nos rodean.
LOS MODOS DEL REINO
Marcos 9:35 dice: “Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos”.
Proverbios 16:18-20 dice: “Antes del quebrantamiento es la soberbia, Y antes de la caída la altivez de espíritu. (19) Mejor es humillar el espíritu con los humildes que repartir despojos con los soberbios. (20) El entendido en la palabra hallará el bien, y el que confía en Jehová es bienaventurado”.
Santiago 4:10 dice: “Humillaos delante del Señor, y él os exaltará”.
1 Pedro 5:6 dice: “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo…”
Proverbios 22:4 dice: “Riquezas, honra y vida son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová”.
La humildad es una virtud que nos lleva a manifestar el Gobierno de Dios en nuestras vidas. Conecta directamente con las maneras y la cultura del Reino de Dios. Toda forma de orgullo y soberbia es directa consecuencia de una ceguera y de los modos del mundo, de lo cual debemos despojarnos día a día.
LA HUMILDAD Y LA RAZÓN DE NUESTRA EXISTENCIA
Sabiendo que la humildad comienza a producirse con la revelación de la Gracia de Dios, podemos decir que esa humildad se multiplica cuando entendemos la razón por la cual hemos sido creados.
Efesios 1:5-6 dice: “…en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, (6) para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado…”.
La expresión del apóstol “para alabanza de la gloria de su gracia” es la descripción de nuestro destino final y la razón por la cual hemos recibido la salvación y la predestinación. Quiere decir que entender y funcionar en la Gracia conecta nuestras vidas directamente con la razón eterna de nuestra creación, salvación y llamado. Cuando damos lugar al orgullo nos exponemos a la ceguera y nos distanciamos de ese destino. Si nos humillamos, abrimos el espacio para revestir nuestras almas de la vestidura correcta y esa Gracia se multiplica más y más. Nos hace confiables para ser depositarios de los planes de Dios y sus recursos.
HUMILDAD VS. HUMILLACIÓN
La humillación es un efecto común en los hombres. Muchos viven en humillación por causa de las circunstancias o por resultado de las actitudes humanas. No es lo mismo humillarse que verse humillado. La humillación que se produce externamente es absolutamente compatible con el orgullo. De hecho podemos observar que muchas personas responden con orgullo frente a las humillaciones que se presentan.
El evangelio no nos asegura alejarnos de la humillación:
Lucas 6:22 dice: “Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre”.
Jesús nunca dijo: “conmigo nunca serán humillados”. Las verdaderas recompensas comienzan cuando respondemos a esas humillaciones con actitudes espirituales.
CONSEJO: Cuando usted se vea humillado por circunstancias o por personas, responda con doble humildad. Es decir, humíllese el doble de aquello que la circunstancia o las personas le exigen. Esa actitud le acelerará en la madurez y dará lugar a la Gracia de Dios y Su Gloria en usted.
¿CÓMO REVESTIRNOS DE HUMILDAD?
- Acalle su alma cuando está recibiendo críticas.
- Bendiga a los que le maldicen.
- Sea agradecido todo el tiempo y con todos (aún con los que parezcan no merecerlo).
- Ejerza un espíritu servicial y proactivo.
- Reconozca sus errores de manera sistemática. El reconocer errores nunca debe ser entendido como una pérdida de autoridad, sino que por el contrario nos eleva en autoridad espiritual.
- Reconozca que lo bueno y perfecto que hay en usted se encuentra en forma de vida espiritual y lo ha recibido por Gracia.
- Reconozca y confiese que lo único loable en su alma es aquello que puede expresar de Cristo y todo lo demás se encuentra en la espera de ser despojado y quitado de en medio.
- Ejerza la honra hacia otros.
- Exalte la Gracia de Dios todo el tiempo.
LA HUMILDAD Y LOS VÍNCULOS
La humildad es una virtud sumamente beneficiosa para la manifestación de la Iglesia y la edificación de vínculos espirituales.
Todo lo que se construye con orgullo, soberbia o vanagloria carece del sello de Dios y es edificado con materiales temporales. El orgullo y la soberbia siempre serán aliados de la mentira y es por eso que dañará cualquier edificación espiritual.
No puede haber vínculos sanos cuando se da lugar al orgullo, por lo tanto la humildad fortalece los vínculos haciéndolos más duraderos.
Un vínculo es por definición una conexión de doble vías que produce nutrición y gestión. Cuando se producen relaciones de señorío y orgullo desde una parte del vínculo, generalmente se anula una de las vías y se cierra la nutrición espiritual.
Muchas gracias por cada material, que por ende termina siendo la herramienta que usamos para trabajar con nuestro equipo de ministros. Que tengan un excelente día. La Pampa los abrazamos
Hermoso estudio sobre humildad. Todo un desafio !! Muchas gracias!!! Un abrazo a todos!!!
MUCHAS GRACIAS!!
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Muchas gracias x compartir tan enriquecedoras enseñanzas!!! Por favor podrían volver a enviarme la herramienta del tema Generosidad. Creo q la borre Gracias!! !
El 11 may. 2020 5:01 AM, “Herramientas discipulares” escribió:
> Herramientas Discipulares posted: ” La humildad del corazón es la > expresión inevitable de la verdad revelada y manifestada. La humildad es la > coherencia del corazón frente a la realidad de Dios. En consecuencia, > podemos decir que el orgullo es una estructura de mentira e ignorancia que > se ” >
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Tremendo.. Gracias Pastor Abel!
excelente material para todas las personas que quieran aprender y sometersen a la voluntad de Dios..Bendiciones de lo alto Pastor Abel y todo su equipo de trabajo,,,