¿Qué es mayordomía?
Cuando Dios creó al hombre estableció sobre él las palabras que definen su función sobre la tierra:
Génesis 1:28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
Fructificar: “pará”: aumentar, crecer, fértil, fructífero, fructificar, dar fruto, multiplicar, producir, retoñar.
Multiplicar: “rabá”: abundancia, abundante, amontonar, amplio, aumentar, cantidad, colmar, crecer, criar, dar demasiado, dominar, engradecer, ensanchar, exceder, exigir, ganancia, mantener, mayor, mucho, multiplicación, multiplicar, numeroso.
Llenar: “malé”: abastecer, armar, colmar, colmo, completar, conceder, consagrar, cortar, cumplidamente, cumplir, desbordar, disponer, embarazar, engastar, engaste, ensoberbecer, entregar, fielmente, juntar, llenar, lleno, opulento, perfecto, puñado, reafirmar, reunir, saciar, suministrar.
Sojuzgar: “kabásh”: conquistar.
Señorear: “radá”: estar a cargo, consumir, dirigir, dominador, dominar, dominio, enseñorear, mandar, marchar, señoreador, señorear, tomar.
Dentro del marco del Nuevo Testamento, se la denomina “oikonomos”. Este término aparece en pasajes como Lucas 12: 42 y 16: 1, Gálatas 4: 2 y 1 Pedro 4: 10, entre otros. Esta palabra proviene de la unión de los términos: “oikos”, que significa familia y “nemeus”, que significa apacentar, pastorear, administrar, dispensar y manejar.
Oikonómos: (G3623) distribuidor de la casa (i.e. administrador), o supervisor, i.e. empleado en esa capacidad; tesorero, administrador, curador, mayordomo.
La mayordomía como virtud se produce en el corazón de los santos cuando entendemos nuestra posición y realidad espiritual, trayendo entendimiento a nuestra alma de cual es su función.
Cuando Jesús explicó el Reino de los Cielos a sus discípulos habló de un señor que se fue y dejó sus bienes a sus siervos para que los administren y de un rey que se fue a recibir un reino y dejó bienes a sus siervos entre tanto regresaba. Ese principio de administración es un misterio que debe ser revelado por el Espíritu para entender el Reino de Dios.
Esta virtud no pretende hacernos exitosos en los negocios o efectivos en nuestros trabajos, sino coherentes con nuestro llamado ante Dios y entendidos en todo aquello que administramos.
Todo buen administrador comienza con ciertas preguntas básicas:
¿Qué es lo que debo producir o alcanzar? ¿Qué es lo valioso según la responsabilidad que he asumido?
¿Cuáles son los recursos que me han sido confiados?
Es en ese sentido, que las decisiones acertadas unen los recursos actuales con las metas que debemos alcanzar. Pero es imposible ser hallado un buen administrador sin tener un pleno entendimiento de los recursos que nos han sido confiados y los objetivos que se deben alcanzar (la expectativa de aquel que nos llamó y encomendó).
Principios generales de mayordomía
a) Principio de la diversidad (Mateo 25:14). Nadie carece de dones y nadie los posee todos, pero a cada uno le fue asignado algún don.
b) Principio de la propiedad (Salmo 119: 94). Usted no se pertenece a sí mismo. Tiene la capacidad para poseer bienes y administrarlos con sabiduría, porque ha sido comprado por Dios. Por lo tanto, le pertenecemos a Él:
• Por habernos creado: Salmo 139:13-18
• Por herencia: Efesios 1:18
• Nos adquirió por un precio: Juan 3:16
• Por garantía de Su Nombre: Isaías 43:2
• Por nuestro origen sobrenatural: 1 Corintios 6:19
• Por habernos salvado: Lucas 15
• Por habernos ganado: Colosenses 2:15
c) Principio de la asociación (Luc 16:8). Un buen mayordomo (Persona en ejercicio de la mayordomía) sabe cómo entablar relaciones que lo proyecten dentro del Reino, dejando a un lado aquellas que son casuales, temporales y superficiales. Debe adquirir el discernimiento necesario para diferenciar a las personas que lo ayudarán a plasmar su propósito de aquellas que solamente lo mantendrán entretenido por un poco de tiempo. Tiene en claro que es mejor edificar en equipo que ser una estrella fugaz.
d) Principio de la autoridad delegada (1 Pe 4:10). Para llegar a ser un buen mayordomo dentro del Reino de Dios, debe aprender a ejercer la autoridad que le ha sido delegada por Él. Esto le permitirá concretar su propósito eterno en el plano material. Los párrafos anteriores describen las áreas donde deberá ejercer esta autoridad. Recuerde que posicionalmente, usted reina junto con Cristo. Pero tendrá que aprender a ejercer con sabiduría esa capacidad de gobierno y manifestarla en el plano natural.
e) Principio de los intereses establecidos (Col 1:28-29). Consiste en considerar y reforzar constantemente la intención y expectativa de aquel que le ha llamado. Hacer propios los objetivos y la visión que se busca alcanzar con claridad creciente.
f) Principio de la recompensa (1 Co 4:2). Este principio está basado en el buen desempeño. Una de las necesidades vitales de todos los seres humanos es recibir una recompensa cuando se han desempeñado correctamente. Un buen mayordomo es aquel que aprende cuando, como y con cuanto reconocer el esfuerzo de aquellos que están bajo su cuidado. Este principio también opera en todo buen administrador, sabiendo que su tarea tendrá recompensa.
Colosenses 3:23-24 dice: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; (24) sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís”.
1 Corintios 3:7-8 dice: “Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. (8) Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor”.
g) Principio de la rendición de cuentas. Este punto no puede ser opcional, es obligatorio. Una persona que no aprende a rendirle cuentas a nadie, estará expuesto a cometer excesos permanentemente. Usted debe rendir cuentas:
• Ante Dios: 2 Corintios 5: 10
• Ante sus líderes: Hebreos 13: 17
• Ante sus pares: Gálatas 6: 1-2
• Ante usted mismo: Mateo 7: 1-2
• Ante su familia.
4) Las áreas claves donde se espera que usted sea un buen mayordomo son:
• La verdad: Lo que el Espíritu va revelando por Su Palabra. Los misterios del evangelio que deben ser hechos carne y manifestados para que den fruto.
• El tiempo.
• Los recursos: materiales e inmateriales.
• Su persona: el cuerpo, el alma, el corazón, los pensamientos, etc. Pro. 4:23; Fil. 4:8.
• Sus habilidades, destrezas y dones espirituales.
PUNTUALIDAD Y ADMINISTRACIÓN DEL TIEMPO
Efesios 5:15-17 Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, (16) aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. (17) Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
Santiago 4:13-14 ¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; (14) cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.
Ladrones de tiempo y de tu mayordomía: ¿Cómo tratar con ellos?
| Ladrón de tiempo | Causa probable | Soluciones |
| Falta de planificación | Fracaso al ver los beneficios de la planificación. Orientación hacia la acción. Éxito en la planificación. | Reconocer que planificar insume tiempo, pero lo ahorra a largo plazo. Enfatice en los resultados, no en la actividad. Reconozca que ese éxito es a pesar de, no debido a, la falta de planificación. ver enfoque y atención |
| Falta de prioridades | Falta de metas y objetivos | Haga una lista de sus metas y objetivos. Discuta las priorida- des con todos los involucrados. |
| Demasiado comprometido | Interés demasiado amplio Confusión en las prioridades Falla al establecer prioridades | Aprenda a decir “no” Primero es lo primero Desarrolle una mayordomía del tiempo Relacione sus prioridades a una agenda de eventos |
| Liderazgo por medio de las crisis (reactivo) | Falta de planificación Estimación irreal del tiempo Orientado por el problema Aversión de su gente a quebrar las malas noticias | Aplique las mismas soluciones que a la falta de planificación Permítase más tiempo Permita las interrupciones Oriéntese por las oportunida- des Anime una comunicación rápi- da para asegurar las correccio-nes a tiempo |
| Apresuramiento | Impaciencia con los detalles Tratar con lo urgente Falta de planificación Muchas cosas para hacer en muy poco tiempo | Tómese el tiempo para hacerlo bien. No pierda tiempo en volver a hacerlo. Aprender la diferencia entre lo urgente y lo importante. Tome tiempo para planear. El esfuerzo valdrá la pena. Haga menos y delegue más. Se paciente |
| Rutina y detalles sin importancia | Falta de prioridades Incapacidad para delegar. Un sentimiento de falsa seguridad al tratar con cosas rutinarias y triviales. | Establezca metas y apéguese a ellas. Delegue las tareas sin importancia. Reconocer que, sin delegar, es imposible realizar nada a través de los demás. |
| Visitas | Me agrada socializar No puedo decir “no” | Ocúltese de las visitas. Sostén- ga encuentros informales solo sobre temas puntuales y estando de pie. Modifique la política de puertas abiertas. Indique que no está disponible, aún dicien-do “no”. |
| Teléfono | Falta de auto disciplina Deseo de estar informado e involucrado | Conecte la contestadota auto-mática No hable mucho. Sea breve. Involúcrese sólo con lo esencial |
| Reuniones | Temor a ser responsable por las decisiones Indecisión Exceso de comunicación Liderazgo pobre | Tome decisiones sin reunirse Tome decisiones, aún si le fal-tan algunos puntos No atienda a reuniones innece-sarias Utilice agendas. Apéguese al punto central. Prepare una breve introducción. |
| Indecisión | Falta de confianza en los he-chos Insiste en reunir todos los he-chos Temor a las consecuencias o los errores Falta de un proceso de deci-sión racional y operativo | Desarrolle procedimientos para reunir información Acepte algunos riesgos. Decida sin tener toda la información. Delegue el derecho a equivocarse. Utilice los errores como un proceso de aprendizaje. Ordene los hechos, establezca metas, investigue acciones alternativas y sus consecuencias, tome decisiones y póngalas por obra. |
ADMINISTRACIÓN DE LOS RECURSOS
El Señor Jesús habló mucho más de las posesiones que de otro tema, pues para Él, la manera en que administramos las posesiones es una expresión de la condición de nuestros corazones.
Hay una conexión entre nuestra vida espiritual y cómo nosotros pensamos sobre el dinero y como lo manejamos. Nosotros tratamos de divorciar nuestra fe de las finanzas, pero Dios las ve como inseparables.
Cuando leemos las Escrituras, ellas no nos permitirán divorciar la fe de las finanzas. Observemos una corta concordancia de pasajes alusivos a las posesiones y nuestra fe que profesamos:
La administration de los recursos es un piedra fundamental en el pleno ejercicio de la mayordomía cristiana.
1Crónicas 29:10-13 dice:
(10)“Asimismo se alegró mucho el rey David, y bendijo a Jehová delante de toda la congregación; y dijo David: Bendito seas tú, oh Jehová, Dios de Israel nuestro padre, desde el siglo y hasta el siglo.
(11) Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos.
(12) Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas, sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos. (13) Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre.”
David tenía claro que todas las cosas son de Dios, Él es el dueño. Lo que tenemos Dios lo ha puesto en nuestras manos. Si algo tenemos, es porque Él lo ha confiado a nuestra administración, y nos pedirá cuentas por ello. es nuestra responsabilidad ante Dios ejercer una mayordomía integra y responsable sabiendo hacer uso de todos los recursos
Todo el contexto en 1 Crónicas 29, nos dice que David está alabando a Dios, a través de una ofrenda, pues una ofrenda es un reconocimiento de que Él es el dueño y nos ha dado todo lo que tenemos.
Mateo 13:44-46 dice: “Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. (45) También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, (46) que, habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.”
Jesús enseño acerca del reino de los cielos como algo de un valor incomparable, que produce un cambio de valores en aquellos que lo encuentran.
Buen día, simplemente quiero hacerles llegar mí agradecimiento por compartirnos tan rica Palabra que nos ayudan en nuestra edificación como cuerpo. Gozosa de haberles conocido este año! Paz
¡Muchas gracias amados!!!! ________________________________