2 Timoteo 2:1-7 dice: “Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. (2) Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. (3) Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. (4) Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. (5) Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. (6) El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. (7) Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo”.
La Verdad produce personas esforzadas en la gracia. Es un esfuerzo particular: aquel que se produce en nosotros como un trabajo incansable, pero al mismo tiempo sin poner los resultados y la confianza sobre nuestras propias capacidades o méritos.
La Verdad nunca nos dejará quietos e inactivos. Cuando su sustancia crece en nosotros, de manera inmediata se levanta demanda a nuestro alrededor. Eso no tiene que ver con aumentar las actividades físicas. No se trata de “hacer cosas para Dios”. Es el trabajo que nos provoca la verdad: “lo que has oído de mí… encarga a hombres fieles…”.
EL CARÁCTER DE LA VERDAD DE DIOS EN NOSOTROS.
La gracia de Dios actuando en nosotros deberá producir efectos de Gloria en nuestras capacidades para enfrentar los desafíos que vienen. Pablo pone un nivel de exigencia alto en las capacidades de Timoteo: Debes ser como un Atleta, un Labrador y un Militar.
Quizá usted ejerza de manera profesional alguna de esas tareas. Quizá usted sea un atleta o labrador o militar. En mi caso no ejerzo ninguna de esas actividades. En parte porque la carrera de la vida no me conectó con ninguna de ellas y en parte porque no tengo las capacidades y talentos que son necesarios para hacerlo. Tampoco Timoteo se dedicaba a esas actividades, pero aún así el apóstol no duda de expresarle el nivel de exigencia y calidad que se espera de alguien que se vuelve portador de la verdad.
La verdad no nos aceptará nunca como espectadores ni amateurs, sino que buscará convertirnos en profesionales de esta vida. Si lo piensa, es difícil que una persona pueda reunir todas las características positivas, las fortalezas de estos tres perfiles de personas. Usted sabe que si esas características comienzan a producirse en usted, sólo puede ser posible por la gracia de Dios.
Es necesario abrir el espacio y la expectativa. A continuación presentaré una lista de fortalezas y carácter de estos tres perfiles: el atleta, el militar y el labrador. No es una lista de cosas que usted debe hacer o cambiar, sino que se trata del carácter de Cristo en nosotros y que puede expresarse a través de nuestra madurez. Esto tiene que ver con el fruto de Cristo que se expresa en la medida de que nos despojamos del viejo hombre y abrimos paso a vida de Dios en nosotros. Al leerlo, puede usted orar y declarar que ese carácter comenzará a verse en usted, por la obra del Espíritu y por la Gracia de Dios. Declare con gratitud a Dios que eso se verá en su vida y en lo que Dios le entregue a administrar.
Serás un Atleta.
- Motivación. El atleta sabe auto-motivarse. Descubre una fuente de motivación que lo mantiene activo aún en los peores días. La vida espiritual es una fuente de motivación contante para el alma y el cuerpo también. Hay que descubrirla.
- Enfoque. El atleta sabe enfocarse en la meta correcta. No hay atletas que sean buenos en todos los deportes. La capacidad de enfocarse es clave para un atleta.
- Disciplina. Es imposible ser un atleta exitoso sin disciplina. ¿Podemos hacer de la vida espiritual una fuente de disciplina para el alma?
- Búsqueda de Gloria. Un atleta es una persona en busca de gloria. Ellos en lo natural, pero nosotros estamos buscando una gloria eterna. Eso lo expresa al apóstol Pablo en Romanos 2:7: “…vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad…”
Serás un Labrador.
- Persistencia y trabajo. Un labrador es una persona que no esquiva al trabajo. Detesta la vagancia y la inacción. No espera que los frutos vengan sin trabajo. En nosotros opera de una manera particular: buscamos frutos que son inalcanzables con nuestro trabajo o mérito. Por lo tanto necesitamos fuerzas que están fuera de nosotros y oportunidades que sólo provienen de Dios. Es necesario que disfrutemos el trabajo que Dios nos presenta y si aún no sabemos qué hacer, es mejor que Dios nos encuentre trabajando.
- Coherencia. El labrador busca constantemente conocer las reglas del juego: la naturaleza, los objetivos y el mercado. Es coherente.
- Conocimiento. Él conoce la naturaleza y el comportamiento de la vida con la que trabaja.
- Familia y casa. Es un proveedor y protector de su casa.
- Administración y productividad. Maneja conceptos de inversión, riesgo, ganancia, costos, etc.
- Manejo de las temporadas y entendimiento de los tiempos. Aprende a reconocer las señales del tiempo y los días. Se prepara para las temporadas futuras, pero aprovecha la presente.
Se un Militar.
- Entrega. Tiene en claro a quién le pertenece su vida. Se entrega completamente y nunca negociará esa decisión: desertar no es una opción.
- Causa de vida. Vive por una causa. En lo natural, aveces son causas falsas y las verdaderas causas humanas le son ocultadas al soldado. Pero el soldado entiende que debe militar porque hay una causa detrás.
- Búsqueda de Justicia. Debemos saber cuál es la justicia que nos moviliza. ¿Cual es la Justicia de Cristo?
- Canaliza las emociones. Sus enojos son canalizados correctamente para derrotar al enemigo.
- Confianza. Aprende a confiar en el sistema que le rodea y sus compañeros.
- Protocolo. Conoce de protocolo. Todo funciona con un protocolo.
PREPÁRESE PARA VER ESTAS COSAS EXPRESARSE EN USTED Y CUANDO SUCEDA CELEBRE A CRISTO EN USTED.
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