Hebreos 8:8-13 dice: “Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto; (9) No como el pacto que hice con sus padres El día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; Porque ellos no permanecieron en mi pacto, Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor. (10) Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su corazón las escribiré; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo; (11) Y ninguno enseñará a su prójimo, Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, Desde el menor hasta el mayor de ellos. (12) Porque seré propicio a sus injusticias, Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades. (13) Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer”.
INTRODUCCIÓN
Las intenciones de Dios siempre han sido con una nación. No es una nación de este mundo, sino una nación espiritual. En esta nación hay ciudadanos y a esa ciudadanía hemos sido llamados, convidados y obtenido acceso por medio del sacrificio de Jesucristo en la Cruz.
Lo maravilloso de obtener una ciudadanía nunca está en un papel, o en un acceso solamente. Aunque muchas familias pelean para obtener una ciudadanía, y celebran el día que le otorgan un papel legal, en realidad no es el papel lo que se celebra. La verdadera fuente de gozo es la vida que puede ser vivida en esa nación. No se celebra un papel, sino lo que puede alcanzarse al acceder a esa nación de manera legal.
Por siglos ha habido cristianos en la tierra celebrando su salvación sin entender realmente lo que están celebrando. ¿Qué tipo de vida te otorga ser ciudadano de la nación nacida de Dios?
1- Esta ciudadanía viene con una manera de vivir.
1 Pedro 1:18-19 dice: “sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, (19) sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación…”.
Este es un punto crucial para nuestra madurez: ser atraídos a la manera de vivir en el reino de Dios. Esas son las “condiciones de vida” en la nación que nace de Dios y Su Reino. Una forma de vivir la vida en el espíritu, pero también nuestra vida en la tierra como un anuncio, una manifestación.
2- Esta nación te otorga beneficios y derechos.
Sal 103:2 dice: “Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios”.
- Debemos ser atraídos a la vida en esta nación.
- Esta nación se vive primeramente en el espíritu, como una realidad eterna y latente en nuestro ser interior. Una realidad que no es gobernada por circunstancias temporales. Tampoco es gobernada por personas, ni por nosotros mismos. Es una realidad, una vida eterna, una atmósfera interior que no cambia por nuestro carácter, por nuestras debilidades ni pasado.
- Esta ciudadanía busca abrirse paso y ser anunciada a través de nuestras almas. El mundo conocerá la calidad de esta ciudadanía por causa de la transformación de nuestras almas.
- El evangelio no nos pide que cambiemos para llegar al cielo. El evangelio nos “lleva al cielo” en la vida del espíritu y nos propone expresar esa realidad en los cambios que vamos experimentando:
- Por conocimiento.
- Por entendimiento.
- Por provocación de una naturaleza.
- Por madurez y frutos.
- Por manifestación.
3- Esta nación te incluye en un marco legal.
Dios le dijo a Israel que Él establecería un Nuevo Pacto. Un nuevo marco legal sería establecido para una nación con naturaleza y origen diferentes: La Nación que nace de Él.
¿Porqué un Nuevo Pacto? Porque ellos no PERMANECIERON en Su Pacto. La naturaleza de pecado en el hombre no podía permanecer en el pacto de Dios.
Es decir: ELLOS SE FUERON. Es por eso que Dios se desentendió de ellos. El ámbito legal estaba preparado para ellos, donde Dios tendría comunión con ellos, pero no permanecieron. No fue Dios el que se fue y se desentendió (Hebreos 8) sino que ellos se fueron del ámbito legal.
Pero Dios ha previsto un Nuevo Marco Legal, para darnos acceso, no a una nación terrenal, sino a nuestra ciudadanía celestial. El Nuevo Pacto no es un pacto con ausencia de leyes, sino que opera en una legalidad nueva. Una nueva forma de ley que nos incluye de manera poderosa. Las leyes que nos transforman desde adentro hacia afuera. Las leyes escritas en el corazón y en la mente.
En próximas publicaciones veremos más acerca de estas leyes escritas por Dios en nosotros mismos y cómo se produce la obediencia a Dios en nosotros.
Gracias por compartir Pr. Abel. En estos días estuve leyendo mucho Romanos 6, 7 y 8 en donde el Ap. Pablo habla mucho acerca de leyes que gobernaban en el Antiguo Pacto y como ahora la ley de vida en el Espíritu del Nuevo Pacto nos introduce a vivir una ley de vida interna.
Gracias por compartir pastor abel!!
Pastor muchas gracias
muchas gracias por tan valiosa enseñanza pastor Abel