EVIDENCIAS DE LA MADUREZ ESPIRITUAL

En la medida que avanzamos en la que el Señor nos permite crecer en madurez, podemos empezar a identificar lo falso de lo verdadero. La palabra y la oración son elementos que nos ayudan a tener el discernimiento para identificar lo que viene del Espíritu, lo cual es verdadero, y lo que viene de la carne, que es falso.

En el sacrificio de Cristo nos fue dada plena libertad. Cualquier tipo de esclavitud que podamos expresar en nuestras vidas es sencillamente mentirosa e ilegal.

Romanos 6:4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.

Cuando el evangelio nos anuncia una nueva vida, debe encenderse un fuego arrasador en nuestras almas, en la forma de una pasión por conocer esa vida. Vernos en Cristo es la visión más poderosa por la cual un hombre puede vivir. Esa revelación no puede producirse en un corazón que desprecia el valor de esa experiencia. Un corazón enfocado en las cosas del mundo y anhelando lo que el mundo ofrece, no podrá nunca acceder a una revelación de la vida, libertad y luz que nos fue otorgada en la Cruz.

2 Corintios 5:17 dice: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.

La madurez espiritual comienza extendiendo una raíz poderosa: Soy lo que soy en Cristo. Todo lo que no proviene de Cristo en mí, es mentiroso e irreal, y debo despojarme de eso.

2 Corintios 3:18 dice: “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”.

La gloria que Dios ha dispuesto para nuestra transformación es aquella que debe ser vista “como en un espejo”. ¿Por qué debo verla? Porque el discipulado comienza con una apertura de ojos, dado que la visión tiene el poder de gobernar nuestro camino. ¿Por qué debo verlo como en un espejo? Porque esa gloria no está fuera de mí, sino que Dios nos la ha otorgado en el espíritu. Está en nosotros mismos esa Gloria transformadora.

1 Corintios 13:12 dice: “Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido”.

En la inmadurez espiritual, esa vida está cubierta de tierra, de las vestiduras del viejo hombre, pues las estructuras del alma no han sido sometidas a Cristo. Pero cuando podemos ver esa nueva vida espiritual, seremos transformados por esa imagen y atrapados por verla manifestada, con el fin de alcanzar el propósito de nuestra elección.

Efesios 1:4 dice: “…según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él…”.

El apóstol Pablo habla de una experiencia superlativa que gobernó toda su vida (2 Corintios 12), con el fin de llevarnos a entender que no tiene sentido gloriarse de nada carnal o natural en la vida.

2Corintios 12:5 De tal hombre me gloriaré; pero de mí mismo en nada me gloriaré, sino en mis debilidades.

Él pudo verse a sí mismo en su realidad eterna y espiritual. “De tal hombre me gloriaré…”. El apóstol no está contando un testimonio, sino expresando un principio fundamental para nuestra madurez espiritual: de la única gloria que puede participar nuestra alma, es de poder ver al ser espiritual y trabajar por expresarlo en el tiempo que tenemos en la tierra.

FALSAS EVIDENCIAS DE MADUREZ ESPIRITUAL

Jesús detuvo a la multitud para expresarles lo que él entendía de un discípulo.

No es lo mismo un seguidor que un discípulo.

  • Según la visión del Señor, un seguidor es aquel que encuentra una razón suficiente para salir de una posición y estar dispuesto a seguir a Dios.
  • Un seguidor está dispuesto a entregar un poco de comodidad a cambio de otros beneficios. Los seguidores eran sanados, alimentados, liberados y enseñados.
  • El seguidor continuará siguiendo, mientras los beneficios personales se mantengan.
  • Un seguidor se transformará en discípulo verdadero a partir del momento en que se corta la dependencia de los beneficios naturales.
  • Un discípulo es aquel que sigue al Señor porque persigue Sus propuestas eternas.
  • Un discípulo desprecia todo lo natural y temporal y seguirá al Señor a través de cualquier circunstancia, menospreciando aún su propia vida.

Entendiendo eso, debemos saber que existen falsas evidencias de madurez. Jesús debió separar lo aparente para que sea resaltado lo verdadero y eso debemos hacer en nuestras vidas.

El problema no es la apariencia, sino cuando una vida se configura con apariencias y falta de sustancia. Esa es la característica de la cizaña, la cual es una mala hierba parecida al trigo que produce semillas sin fruto en lugar de grano y que se parecía tanto al trigo que era conocida como trigo falso, hasta que no maduraba su espiga era casi imposible distinguirla del trigo, aun tras una inspección cuidadosa. El alma humana siempre está actuando e imitando, pero carece de lo necesario para una vida espiritual verdadera.

Consejo: siempre humille su alma, entendiendo que: somos discípulos verdaderos del Señor en el espíritu y sometemos nuestra alma a esa realidad.

¿Qué conductas o evidencias no pueden ser tomadas como válidas medidas de madurez?

Observación importante: lo que a continuación mencionaremos muchas veces estarán presentes en una persona que va madurando en Dios. El asunto es: no pueden ser tomadas como evidencias indubitables de madurez, y mucho menos como objetivos a alcanzar. 

  • Actitudes físicas que tengan apariencias de espiritualidad. Ej. Los escribas y fariseos.  
  • Conocimiento de las Escrituras. Ej. Los maestros de la Ley en Israel. 
  • Asistencia persistente a las reuniones congregacionales. Ej. Los que seguían a Jesús antes de la cruz.
  • Operación en dones espirituales. Ver Mateo 7:21-23
  • Capacidad de hablar en público, predicar, liderar, etc. Ver Efesios 6:19.
  • Niveles de éxito en negocios o carreras profesionales.
  • Expresión de seriedad o señales de madurez humana y natural.
  • Edad.

Estas evidencias puede acompañar a alguien que está alcanzando madurez, pero así como pueden estar fundamentadas en Cristo, también se pueden llegar a fundamentar en religiosidad humana y en inmadurez. Debemos clamar por las evidencias verdaderas de madurez que no tiene otra medida que Cristo mismo expresado en los santos y en la Iglesia.

LA EXPRESIÓN DE CRISTO Y SU NATURALEZA

Veamos cinco expresiones contundentes de Cristo, que debemos procurar como evidencias de verdadera madurez espiritual, que nos enseña la palabra.

  1. Expresar Su Justicia.
  2. Expresar Su Amor.
  3. Manifestar Su Libertad.
  4. Mostrar al mundo Su Luz.
  5. Ser su boca.
  1. Expresar Su Justicia.
    • Expresar a Cristo es ser la expresión de Su Justicia. Él mostró su justicia en Su Cruz.
    • Lucas 6:27-36. Amar a los enemigos, bendecir a los que maldicen, hacer el bien no esperando nada a cambio.
    • Mateo 18:21-35. Perdonando de corazón, recordando que mucho más nos ha perdonado el Señor.
    • Filipenses 3:8-9 dice: “Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,  (9)  y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe…”.
  2. Expresar Su Amor.
    • Madurez es la expresión del amor de Dios como naturaleza que proviene de la vida espiritual.
    • La expresión del amor de Dios no tiene paralelo humano. No se expresa por emoción o elección humana.
    • 1Juan 4:7-8 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. (8) El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
  3. Manifestar Su Libertad.
    • Romanos 6:14 dice: “Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia”.
    • 2 Corintios 3:17 dice: “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad”.
    • Madurez es alcanzar y expresar la libertad que nos fue otorgada en Cristo.
    • Gálatas 5:1 Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no os pongáis otra vez bajo el yugo de la esclavitud.
  4. Mostrar al mundo Su Luz.
    • 1 Tesalonicenses 5:5 dice: “Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas”.
    • Efesios 5:8 dice: “Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz…”.
  5. Ser su boca.
    • Jeremías 15:19 dice: “Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos”.
    • Lucas 21:15 Porque yo os daré boca y sabiduría, a la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se os opongan.
    • Efesios 6:19-20 Y también orad por mí, para que al abrir la boca me sean conferidas palabras para dar a conocer con confianza el misterio del evangelio, (20) por el cual soy embajador en cadenas; a fin de que por ello yo hable con valentía, como debo hablar.

REFLEXIÓN

Somos el cuerpo de Cristo, y de la manera en que la cabeza actúa y se expresa por medio del cuerpo, así el Señor anhela expresarse en nosotros, por eso en las Escrituras hay un llamado constantes a que andemos como es digno de nuestro llamamiento, para que el mundo pueda percibir a Cristo a través de sus discípulos.

2Corintios 2:14-15 Pero gracias a Dios, que hace que siempre triunfemos en Cristo y que manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento por medio de nosotros. (15) Porque para Dios somos olor fragante de Cristo en los que se salvan y en los que se pierden.

Los únicos triunfos verdaderos son los triunfos de Dios en nosotros por medio de Cristo, los cuales hacen que la vida del Espíritu triunfe sobre las estructuras del alma, de manera que dicho triunfo trae a nosotros una mayor medida de conocimiento de Él, que se percibe como una fragante aroma por los que nos rodean.

Demos gracias a Dios, pues es Él quien nos lleva a triunfar, es Él quien a través del Espíritu nos concede victoria sobre la mentiras instaladas en el viejo hombre y en las estructuras del alma.

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