SALVACIÓN, EVANGELIO Y FE

Por la Gracia de Dios recibimos la salvación. ¿Qué hay antes de la salvación? Desde la perspectiva humana, había muerte.

Efesios 2:1, 4-5 En cuanto a vosotros, estabais muertos en vuestros delitos y pecados, (4) Pero Dios, quien es rico en misericordia, a causa de su gran amor con que nos amó, (5) aun estando nosotros muertos en delitos, nos dio vida juntamente con Cristo. ¡Por gracia sois salvos!

La salvación es gloriosamente grande pues en pocas palabras conlleva tanto la liberación del pecado, de la muerte y de la ira de Dios, como el otorgamiento de un abundante número de bendiciones espirituales, físicas, temporales y eternas.

Hablar de salvación es hablar de la semilla eterna que fue sembrada en nuestro espíritu y busca atravesar nuestros corazones. No podemos anhelar madurez si mantenemos limitada aquella semilla, o si la semilla es la incorrecta. Esta sección tiene por objetivo provocarnos a elevar el valor de la Salvación, crecer en su entendimiento y asegurarnos que ocupe el lugar que tiene que ocupar en nuestras vidas.

La madurez nos requiere libres de toda estructura que nos limita y nos lleva a ver las realidades de Dios y el evangelio desde una perspectiva religiosa.

2 Timoteo 1:8-10 dice: “Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios, (9) quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, (10) pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio…”

¿De qué debo ser salvo? ¿Cuál es la salvación que busco y cuál es la que Dios me ofrece? ¿Qué valor tiene la salvación para mí? ¿Qué valor tiene la salvación para Dios?

El entendimiento debe ser abierto para que nuestro camino de crecimiento en el Señor sea firme y sin freno.

SALVACIÓN POR GRACIA, POR MEDIO DE LA FE

  1. Hemos sido salvos por Gracia.

Efesios 2:4-9 dice: “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, (5) aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), (6) y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, (7) para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. (8) Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; (9) no por obras, para que nadie se gloríe”.

El entendimiento de la grandeza y gloria de la salvación debe dejarnos sin lugar para el orgullo o la vanagloria personal. Nada pudimos hacer para recibir salvación. Nada hicimos por esa salvación y nada podremos hacer para ser salvos. Pensar que pudimos tener alguna participación en nuestra salvación es sobrestimar las capacidades de un cadáver. Si Dios no interviene dándonos vida, nunca hubiésemos podido creer. Esa sentencia debe permanecer para mantener nuestras almas y corazones con altos niveles de humildad delante del Señor.

Este entendimiento de la salvación humilla nuestro pasado. No sólo son humillados nuestros errores, sino también nuestros aciertos y bondades humanas. Toda fortaleza personal, logros y ventajas, son nada delante de Dios y este evangelio nos establece en un fundamento firme en la Gracia. Hemos sido salvados por medio de la Fe.

2. Hemos sido salvos por medio de la Fe

Benjamín Warfield explicó la fe salvadora de la siguiente manera:

“El poder salvador de la fe reside… no en sí misma, sino en el Salvador Todopoderoso sobre quien descansa...Estrictamente hablando, no es ni siquiera la fe en Cristo la que salva, sino Cristo quien salva por medio de la fe. El poder salvador reside exclusivamente, no en el acto de fe ni en la actitud de fe, ni en la naturaleza de la fe, sino en el objeto de la fe… no podríamos comprender más radicalmente mal [el concepto bíblico de la fe] que cuando se le transfiere a la fe incluso la más pequeña fracción de esa energía salvadora que se le atribuye exclusivamente a Cristo mismo en las Escrituras”

Habacuc 2:4 dice: “He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá”.

Gálatas 3:25-26 dice: “Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, (26) pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús…”.

Romanos 5:1-2 dice: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; (2) por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios”.

La fe es un sello y evidencia indubitable de que hemos sido llamados por Dios a la salvación. La fe es un don de Dios. Nadie puede tener fe si no le es dado de Dios.

¿Cree usted en Dios?

¿Cree usted que Jesucristo es el Hijo de Dios y Él murió en la Cruz para salvarle a usted?

¿Cree usted que la muerte del Señor ha sido precio suficiente para que usted sea quitado de la muerte y llevado a la vida?

Si usted cree y hay convicción plena en su corazón acerca de eso, debe tener certeza de que en usted está el mayor y más valioso regalo de Dios: FE.

3. Hemos sido salvos según el propósito de Dios

Es importante que comprender que Dios nos ha salvado según sus intenciones y expectativas.

2 Tesalonicenses 2:13 dice: “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad…”.

Efesios 1:4-6 Asimismo, nos escogió en él desde antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él. (5) En amor nos predestinó por medio de Jesucristo para adopción como hijos suyos, según el beneplácito de su voluntad, (6) para la alabanza de la gloria de su gracia, que nos dio gratuitamente en el Amado.

4. Salvación es nueva vida en Cristo.

En lo humano y natural, estábamos muertos y en tinieblas y nada había en nosotros que pudiera hacernos dignos de tan grande salvación.

1 Juan 3:14 dice: “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte”.

2 Corintios 4:6 dice: “Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo”.

Juan 5:24-25 dice: “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. (25) De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán”.

Juan 3:16 dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.

SEÑALES DE LA SALVACIÓN

Es importante mostrar algunas evidencias que la palabras nos muestra del haber nacido de nuevo y haber sido salvos por la gracia de Dios.

  1. Un Cristiano verdadero disfruta de la comunión con el Padre y con el Hijo por medio del Espíritu Santo

1 Juan 1:3 lo que hemos visto y oído lo anunciamos también a vosotros, para que vosotros también tengáis comunión con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo.

2. Un cristiano verdadero tiene el testimonio del Espíritu en su corazón

1 Juan 4:13 En esto sabemos que permanecemos en él y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu.

Romanos 8:16 El Espíritu mismo da testimonio juntamente con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios.

3. Un cristiano verdadero siente la necesidad de orar pues sabe que Dios le escucha

1 Juan 5:13-14 Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna. (14) Y ésta es la confianza que tenemos delante de él: que si pedimos algo conforme a su voluntad, él nos oye.

4. Un cristiano verdadero tiene hambre de la palabra de Dios

1Pedro 2:2 desead como niños recién nacidos la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación.

5. Un cristiano verdadero anhela el encuentro con Cristo

Filipenses 3:20 Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos ardientemente al Salvador, el Señor Jesucristo.

6. En un cristiano verdadero los patrones de pecado van disminuyendo mientras crece en una vida de obediencia a Dios

1 Juan 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.

1Juan 2:3 En esto sabemos que nosotros le hemos conocido: en que guardamos sus mandamientos.

7. Un cristiano verdadero comienza a rechazar la vanidad en la que el mundo vive

1 Juan 2:15-16 No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él; (16) porque todo lo que hay en el mundo—los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la soberbia de la vida— no proviene del Padre sino del mundo.

8. Un cristiano verdadero ama a los santos y anhela congregarse con el fin de estar unido al cuerpo de Cristo.

1 Juan 3:10-11 En esto se revelan los hijos de Dios y los hijos del diablo: Todo aquel que no practica justicia no es de Dios, ni tampoco el que no ama a su hermano. (11) Porque éste es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos amemos los unos a los otros.

1Juan 3:14 Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en muerte.

9. Un cristiano verdadero será rechaza y perseguido por el sistema del mundo, dado que la oscuridad odio la luz.

1Juan 3:13 Y no os maravilléis, hermanos, si el mundo os aborrece.

2Timoteo 3:12 También todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús serán perseguidos.

10. Un cristiano verdadero ejerce autoridad por medio de la fe para vencer al mundo, al engaño de satanás y al pecado

1Juan 5:4-5 Porque todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo; y ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe. (5) ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

1 Corintios 15:57 Pero gracias a Dios, quien nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.



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