TODOS SOMOS DISCAPACITADOS

La palabra “discapacitado” genera una gran variedad de reacciones, posturas y emociones. Algunos rechazan su uso, otros lo usan sin problema y hasta hay quienes  intentan recuperar la expresión para referirse a aquellas personas que poseen algún tipo de limitación física o mental. Todo creyente que se ha enfrentado (al menos de manera superficial) a la biblia, debería notar que ella nos deja muy en claro que todos los seres humanos somos discapacitados.

Desde el punto de vista de Dios, todos vemos menos de lo que deberíamos ver:

Efesios 1:16-18 dice: “no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, (17) para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, (18) alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos”

Mateo 15:14 dice: “Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo”.

¿Qué tal si pudiéramos ver por un momento las capacidades para las cuales fuimos diseñados? Nos daríamos cuenta de que estamos rodeados de limitaciones. Estamos limitados para entender (Efesios 3:18), somos incapaces de hablar correctamente (Romanos 8:26, 1 Pedro 3:10, Santiago 3:5-8), y hasta falentes en nuestra manera de sentir (1 Pedro 3:8).

¿Recuerdan aquella vez en que Felipe fue arrebatado de manera instantánea por el Espíritu Santo?  (Hechos 8:39) Eso debería hacernos sentir a todos limitados por nuestra manera lenta y tosca de movernos por la vida, aunque tengamos dos piernas perfectamente funcionales.

Teniendo en cuenta esto, quizá deberíamos preguntar a los expertos en el tema. Aquellos que deben vivir diariamente con una limitación en su cuerpo. Seguro tendrá a alguien cerca: un familiar, amigo o conocido. ¿Cómo es vivir con una limitación? La próxima vez que vea una persona con alguna discapacidad, piense que está usted frente a un experto en la vida misma y busque aprender, porque usted mismo tiene esas mismas limitaciones aunque no las pueda reconocer.

Muchos son los que vivimos sin limitaciones en el cuerpo o en la mente, pero eso sólo agrava la situación. El hombre está lleno de orgullo y soberbia, caminando por el mundo como quien posee todas las capacidades. Es un paso crucial  para nuestra madurez comprender nuestras propias limitaciones y humillarnos. Si queremos ser ciegos en un mundo de ciegos, entonces nuestra ceguera no nos molestará. El asunto es ser introducidos a una vida llena de personas que ven y reconocer tu ceguera.

Me pregunto: ¿Qué es más difícil? ¿Sanar a quien no puede ver con sus ojos naturales, o a aquel que tiene ceguera en su alma y espíritu? Mi Dios tiene suficiente poder para sanarnos a todos, el problema es que muchas veces no reconocemos nuestra condición y otras veces sencillamente no queremos salir de esa condición.

¿Es usted Cristiano? ¿Cree en Dios? Ya debería saberlo: usted es discapacitado. ¿Ha notado que estas palabras no le ofenden y que tampoco produce tristeza? Todo lo contrario, debería traernos paz y fortalecer nuestro ser interior. En el “mundo evangélico” (ese… el que está un poco más allá de Narnia), nos hemos acostumbrado más a que nos digan todo lo que SÍ podemos hacer. Las frases motivadoras de expertos arengadores que logran sacarnos un grito de victoria de 5 minutos, pero no miden el efecto de sus palabras en la gestión diaria, sólo ponen más trabas a la madurez de los cristianos. No nos olvidemos que para poder comprender la Gracia de Dios, primero debemos humillarnos y reconocer nuestra limitación y debilidad.

 

SOMOS DEPENDIENTES DE DIOS

Creernos auto-suficientes es el cóctel perfecto para mantenernos en inmadurez toda nuestras vidas. Esa es una lección que una persona con discapacidad física (los expertos en la vida) aprende rápidamente: SOY DEPENDIENTE. ¡Cuánto tardó mi alma en entenderlo!

2 Corintios 12:9-10 dice: “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. (10) Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”.
1 Corintios 1:25-31 dice: “Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. (26) Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; (27) sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; (28) y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, (29) a fin de que nadie se jacte en su presencia. (30) Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; (31) para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor”.

 

PROTAGONISTAS DE LO IMPENSADO

Si reconocemos delante de Dios que somos débiles y cortos, que necesitamos su ayuda y somos dependientes de él, rápidamente descubriremos que en la grandeza de Su Gracia, Él nos ha llamado para expresar Su Gloria. Somos como aquel corredor que está siendo ayudado por causa de su limitación, de manera tal que somos hechos partícipes de una victoria y recompensa, pero la Gloria es toda de Dios. Nos es permitido gloriarnos, pero nos gloriamos en el Señor. Él es nuestra gloria, y nuestra gloria es humillarnos cada día más para que Él sea exaltado en nosotros.

Por lo tanto, la tarea ha comenzado: es hora de reconocer que todos somos discapacitados.

 

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0 comentarios en “TODOS SOMOS DISCAPACITADOS”

  1. Cristina Andrea Barrera

    Excelente Pastor Abel, son de gran bendición para mi vida sus clases, Dios lo siga bendiciendo con toda la riqueza de lo alto .
    Cristina

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