CONFIABILIDAD Y LEALTAD

La lealtad y la confiabilidad son virtudes que se entrelazan en la gestión.

La lealtad espiritual pertenece a aquellos instintos espirituales que nos provocan a mantener nuestra mirada puesta en el Señor continuamente hasta alcanzar la madurez. La confiabilidad es primeramente un anhelo de madurez y luego una consecuencia de esa misma madurez, llevándonos a expresar plenamente el gobierno de Dios en nuestras vidas.

¿Qué significa ser confiables para Dios?

¿Qué significa ser confiables para Dios? ¿A quienes debemos volvernos leales en la vida? ¿Qué implica ser leales?

El rey David logró comprender que su capacidad de ser leal podría afectar su conexión con Dios.

1 Samuel 26:22-25 Y David respondió y dijo: He aquí la lanza del rey; pase acá uno de los criados y tómela. (23) Y Jehová pague a cada uno su justicia y su lealtad; pues Jehová te había entregado hoy en mi mano, mas yo no quise extender mi mano contra el ungido de Jehová. (24) Y he aquí, como tu vida ha sido estimada preciosa hoy a mis ojos, así sea mi vida a los ojos de Jehová, y me libre de toda aflicción. (25) Y Saúl dijo a David: Bendito eres tú, hijo mío David; sin duda emprenderás tú cosas grandes, y prevalecerás. Entonces David se fue por su camino, y Saúl se volvió a su lugar.

David había entendido que Dios le dio la posibilidad de matar a Saúl, para probar su corazón. De esa manera, David vio su lealtad como una siembra. Es absolutamente incoherente esperar lealtad de otros si nosotros mismos no la hemos sembrado.

La palabra hebrea H530 “emunáh” se traduce literalmente firmeza; figurativamente seguridad; moralmente fidelidad: fe, fidelidad, fiel, firme, honradez, leal, lealtad, reinar, veraz, verdad.

Es una virtud espiritual sumamente importante en la edificación, porque otorga estabilidad en el tiempo, cuando lo que buscamos edificar nos excede y debe trascendernos.

David entendió que su lealtad era debida a Dios por sobre todo y que su camino ya había sido separado de Saúl, pero fue leal al refrenar su espada aún hacia aquel que procuraba su muerte.

La lealtad espiritual no exige obediencia ciega a las personas, ni justifica ningún tipo de manipulación. La lealtad no anula nuestra capacidad de pensar y examinar, sino que nos provee criterios y códigos de gobierno que ayudan en la edificación de lo eterno en nuestros días.

LA CONFIABILIDAD Y LOS CRITERIOS DEL PADRE

La confiabilidad es una virtud de la cual el alma se reviste adoptando los criterios de nuestro Padre Celestial, por medio de la madurez. Somos más y más confiables cuando nuestras decisiones son gobernadas por la naturaleza de Dios en nosotros y no por los esquemas y rudimentos del mundo. Añadir confiabilidad a nuestras vidas significa primeramente anhelar ser hallados confiables delante de Dios. Todo esto es posible sólo por medio de la madurez espiritual.

Muchos cristianos piden a Dios cosas, como quien anhela soluciones o bienes materiales, pero nunca se interesan en volverse confiables para administrar sabiamente lo que piden. Es por ese motivo que, alcanzando lugares de autoridad u obteniendo bienes materiales, terminan siendo gobernados por las cosas incorrectas y alejados de la realidad del Propósito Eterno de Dios.

Mateo 25:20-21dice: “Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. (21) Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor”.

Veamos que el Señor les repartió talentos, por un lado, dado que los considero confiables, pero al mismo tiempo, para evaluar su confiabilidad y lealtad en la administración de lo que les estaba confiando. Y cuando les llamó para pedirles cuentas, su halago sobre los que administraron bien, fue acerca de su fidelidad, que aquí es similar a confiabilidad o lealtad.

Por lo que uno de las maneras en que mostramos confiabilidad es reconociendo que nuestro Dios espera de nosotros una buena administración de los dones que nos ha concedido, y el uso de ellos para trabajar en la expansión de su reino y del conocimiento de su nombre.

Es importante entender que la confiabilidad requiere un entendimiento creciente de aquello que nos ha sido concedido y cuáles son las expectativas de aquel que nos llamó.

Añadir esta virtud implica entrenarnos aún en la administración de las cosas naturales a ser confiables.

LEALES A DIOS Y A SU PALABRA

Jeremías 42:4-5 Y el profeta Jeremías les dijo: He oído. He aquí que voy a orar a Jehová vuestro Dios, como habéis dicho, y todo lo que Jehová os respondiere, os enseñaré; no os reservaré palabra. (5) Y ellos dijeron a Jeremías: Jehová sea entre nosotros testigo de la verdad y de la lealtad, si no hiciéremos conforme a todo aquello para lo cual Jehová tu Dios te enviare a nosotros.

Ante una decisión a tomar, los oficiales deciden consultar al Señor a través del profeta Jeremías, presentándose a sí mismos como confiables, y alegando lealtad al pretender que obedecerían el consejo que Dios les diera por medio del profeta. Lamentablemente su presunción era mucha, y no se conocían a sí mismos, pues terminaron siguiendo su propio corazón, y no el consejo del Señor, para su propia destrucción y muerte.

Esto nos enseña que solo el Espíritu de Dios puede guiar a la verdad y habilitarnos para ser leales al cumplimiento de la palabra de Dios.

Romanos 8:3-4 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; (4) para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

Estando bajo la ley era imposible obedecer a Dios, por causa de la carne, pero en la vida del Espíritu, estamos capacitados para caminar en la justicia de la ley, y cumplir la palabra de Dios.

CÓDIGOS DE LEALTAD EN LA EDIFICACIÓN

No acepte de la enemistad en la edificación.

Mateo 5:23-24 Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, (24) deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.

De forma muy interesante, el Señor Jesús enseñó que para que la ofrenda fuera recibida por Dios, debíamos demostrar ser confiables, y la manera de hacer esto, era ser leales a nuestros hermanos, al procurar la paz y la reconciliación con ellos, demostrándoles que estamos interesados en su bienestar.

Procura la edificación por encima de toda emoción e individualismo.

Mateo 18:15-17 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. (16) Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. (17) Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.

Otra de las cosas que Cristo estableció y que a veces se descuida, es la manifestación de amor por medio de la disciplina, que busca mantener la gloria de Dios y la pureza de la iglesia como valores que se deben defender por encima de todo. Se nos ha comisionado, que para con un hermano que ha pecado, busquemos en amor hacerlo volver, al exhortarlo y confrontarlo con su error, lo cual nace, primero del anhelo de presentarnos a Dios aprobados sin participar en pecados ajenos, pero también de ser leales a la verdad que profesamos y a los mismos hermanos que tal vez por errores se están desviando en un camino de destrucción, lo que no se puede perder de vista en este pasaje es que el objetivo es el ganar al hermano y la motivación es el amor.

Procura la edificación por encima de toda comodidad humana o temporal. Acepta la confrontación como parte de la propuesta del evangelio. 

Apocalipsis 2:13 Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás.

Una de las maneras en que la lealtad se demuestra, es no tener temor de sufrir por causa de Cristo y del evangelio, dar un testimonio de la verdad por medio de no negar al Señor aún en medio de la persecución, siempre ha sido una herramienta que Dios ha usado para tocar el corazón de otros que han sido testigos de la fuerza de la fe que permanece firme aún medio del fuego de la prueba.

Renuncia a los criterios personales a la hora de edificar, entendiendo que el diseño pertenece a Aquel que nos llamó.

1 Pedro 5:12 dice: “Por conducto de Silvano, a quien tengo por hermano fiel, os he escrito brevemente, amonestándoos, y testificando que ésta es la verdadera gracia de Dios, en la cual estáis”.

Pedro se refiere a Silvano como fiel, quien se considera como el secretario escritor de la carta y portador de la misma a los destinatarios. Es decir, tiene la lealtad y confiabilidad necesaria, para registrar las palabras tal como el apóstol se las estaba dictando, y por lo mismo el apóstol Pedro da fe de estarles amonestando e instruyendo en la gracia a través de ella.

Procura ser una expresión confiable y leal de aquella verdad que representas.

3 Juan 1:5-6 dice: “Amado, fielmente te conduces cuando prestas algún servicio a los hermanos, especialmente a los desconocidos, (6) los cuales han dado ante la iglesia testimonio de tu amor; y harás bien en encaminarlos como es digno de su servicio a Dios, para que continúen su viaje”.

En carta a Gayo, el apóstol Juan también le alaba por conducirse con lealtad y fidelidad, pues ha sido evidente cuando él ha recibido y hospedado a misioneros que no conocía, pero a quienes a tratado con amor y les ha provisto lo necesario para continuar con su viaje.

COMO AÑADIR CONFIABILIDAD Y LEALTAD

  1. Renunciando a todo criterio personal que no sea producto de la madurez y revelación espiritual.
  2. Manteniendo la mirada en el Señor Jesucristo, recordando que Él vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos, y nos pedirá cuentas de lo que nos ha concedido.
  3. Procurando presentarnos a Dios aprobados.
  4. Dependiendo del Espíritu Santo, quien nos capacita para caminar en obediencia a la verdad.
  5. Demostrando nuestro amor a Dios en amor a los santos, quienes constituyen el cuerpo de Cristo.
  6. Dando siempre testimonio del evangelio, aún en medio de la adversidad, en palabras y en hechos.

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